El jugador desmintió las versiones que indicaban que se encontraba en estado de ebriedad junto con otros miembros del equipo atigrado y señaló que sólo fue a visitar a unos familiares y tras sufrir el accidente llamó a unos compañeros de equipo para que lo socorrieran.
“Gracias a Dios estoy bien, fue lamentable lo que me pasó, pero son cosas que a cualquiera le pueden pasar. Estaba yendo a una cena a eso de las 10 u 11 de la noche y sucedió el percance.
“Llamé a Wálter (Veizaga) , a Diego (Bejarano) y a nuestro dirigente Carlos Casso, quienes viven cerca y fueron quienes me ayudaron”.
Chumacero agregó que fue el cinturón de seguridad el que prácticamente evitó que el hecho tenga un desenlace más complicado.
Pese a que el coche quedó destruido en la parte delantera, el jugador no sufrió golpes fuertes, aunque aseguró que sigue con el susto por lo ocurrido.
El equipo atigrado reinició las prácticas ayer para sostener su próximo partido, el domingo frente a Wilstermann, con la esperanza de despedirse de su hinchada con un triunfo.
Por el momento sigue la negociación para adelantar el cotejo ante Wilstermann ya que ninguno de los dos equipos tiene opciones de luchar por un cupo a un torneo internacional de clubes en ese certamen.
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