Este adjetivo, que define a “un grupo de personas organizadas que tiene por objetivo la realización de una tarea o un logro”, trasciende más allá de su significante y significado. Un E-Q-U-I-P-O, en el fútbol no es una simple agrupación de conjuntos fonológicos, ni tampoco una imagen mental de grupo humano que busca algo. Va más allá de un concepto, del plano de la expresión y su contenido.
En el deporte Rey, y la alta complejidad de su desarrollo, la definición de ‘equipo’ incluye muchas partes de un todo: “compañerismo, amigos, metas, esfuerzos, amistades, momentos felices, momentos difíciles, sacrificios, ganas de ganar, de que se materialice por el juego técnicamente coordinado entre sus componentes que tienen un dominio psico motor personal y del campo”. Cuando todas estas virtudes se han agrupado, no puede ser otro resultado que el obtenido el pasado domingo.
El título de campeones del Torneo Apertura de la Liga, es un pequeño adjetivo otorgado a un grupo humano que creyó en sí mismo de principio a fin. La estrella número 11 del club, expresa algo más que un logro de la institución. Es el comprobante que la dedicación, el trabajo duro, la pasión y el deseo de llegar a la meta, es la llave que abre la puerta del éxito.
La piedra fundamental de un equipo como The Strongest fue saber quiénes eran, quiénes querían ser y que quisieron conseguir. Ese fue el compromiso que hizo todo el club antes de comenzar a competir y que en su camino correspondieron en ese propósito. Las adversidades como lo económico, de dirigencia e institucionales, fueron obstáculos gigantes, pero que no afectaron del trabajo de conjunto, a las relaciones personales y las capacidades técnicas que fueron los que permitieron obtener el trofeo del triunfo final.
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