El Tigre del segundo tiempo empujó a Universitario hacia su cancha, lo dominó y con esa garra que le caracteriza obtuvo el empate que lo deja a tiro de la clasificación a los octavos de final. Ernesto Cristaldo fue el motor del equipo, por el carril izquierdo se convirtió en el abanderado de esa porfía que tiene este plantel, la de no darse por vencido mientras no se escuche el pitazo final.
Hasta los 20 minutos del segundo tiempo, cuando el paraguayo anotó de cabeza el 3-2 parcial, el pase atigrado estaba hipotecado. El 3-1 le obligaba a golear en La Paz al Paranaense con una diferencia de tres goles.
Pablo Escobar mandó un centro largo desde la derecha y el mediocampista entró solito y metió un cabezazo fuerte e hizo que la pelota ingresara en el arco casi por el ángulo derecho de Carvallo.
Esa conquista le dio aire al equipo y Cristaldo no dejó a un lado su rol de protagonista de primer orden en el partido. Desbordó cuantas veces pudo y también buscó con remates de media distancia que terminaron con el balón fuera de la cancha. Hasta que llegó el minuto 45, en el que fabricó —en el último suspiro— una jugada con Escobar; el capitán remató sin pensarlo dos veces, la pelota superó a Carvallo y Reinoso llegó justo a tiempo para conectar y dejar el 3-3 definitivo.
Para sellar su pase, el Tigre debe ganar por cualquier marcador al Atlético Paranaense en el estadio Hernando Siles, donde llegará un conocido de nuestro fútbol, el español Miguel Ángel Portugal, a quien ayer bautizaron en Curitiba como “un amigo de la altura”, por su estadía hasta diciembre del año pasado en Bolívar.
Barrera casi no juega
Sin pasaporte
Marcos Barrera estuvo a punto de no jugar. Al momento de inscribir a los 18 futbolistas y el pasaporte de cada jugador, documento imprescindible para el registro, el del defensor no aparecía, motivo por el que The Strongest demoró su entrada al campo de juego del Monumental de Lima y cuando lo hizo apareció solo con diez jugadores.
Al límite
No explicó si el documento estaba extraviado o lo olvidó en el hotel y alguien tuvo que ir a buscarlo. Lo cierto es que segundos antes del inicio apareció y pudo jugar. Barrera contó que la transmisión televisiva de un cotejo anterior (Independiente del Valle y San Lorenzo) se demoró y eso le permitió ganar minutos.
Medias prestadas
El Tigre jugó anoche con medias guindas con blanco, prestadas por el club peruano. Las de los dos equipos eran negras. El local no quiso cambiar y el visitante se vio obligado a hacerlo.
Óscar Dorado Vega: Sumó a tiempo para sustentar las esperanzas
En función de positivismo cabe destacar la manera cómo logró el empate, remontando dos goles de desventaja. No es poco. Y, por supuesto, el valor del punto alcanzado en Lima, que ahora pone a The Strongest con mejor panorama para decidir la clasificación cuando, el día de su aniversario (8 de abril), reciba al Paranaense.
Sin embargo, no puede ignorarse el desorden, sobre todo de media cancha hacia atrás, que primó, de principio a fin, en el andar del cuadro aurinegro. Además, claro, de los agudos yerros defensivos que dieron lugar a los tres goles de Universitario.
El equipo visitante, además de nervioso, se notó complicado con la velocidad del local, que mostró una actitud diferente durante el lapso inicial. Acaso a tono con la arenga del debutante José del Solar. Por eso, Ruidíaz hizo el primero y Gonzales el segundo. En medio, el carambolesco autogol de Chávez generó oxígeno al Tigre, que dio la impresión a la distancia de extraviar su juego.
La segunda parte fue distinta, a pesar de que la “U” incrementó la diferencia luego del tiro penal que tomó a cargo Gómez. Ahí apareció, en la dimensión de líder, el verdadero Escobar, futbolísticamente hablando. Al margen del esfuerzo y empeño para revertir las cifras. Pablo asistió como con la mano y el frentazo de Cristaldo fue sinónimo de descuento. Después, en tiempo de recuperación, intervino en la jugada que Reinoso culminó con el oportunismo que hacía falta.
The Strongest tuvo más resto físico que su adversario y es otro factor, no menor, que primó en la dilucidación del encuentro. Nuevamente, como en tantas ocasiones, la templanza que caracteriza al cuadro se dejó sentir. Es un atributo que rebasa las fronteras del Hernando Siles y que también instaló con firmeza en el Monumental.
La igualdad conduce a la ansiada dependencia propia en la fecha final. He ahí lo valioso del resultado. Hasta ahora la campaña en casa es impecable y más que nunca cabe la continuidad en dicho sentido. Es el paso que resta para abrazar el gran y definitivo objetivo.
Óscar Dorado Vega es corresponsal en Bolivia de Fox Sports.
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