El Tigre pagó la factura de la falta de un delantero goleador. El concepto futbolístico es ideal, pero la carencia de un nueve de área capaz de romper defensas fue un lastre demasiado pesado para el equipo que cumplió una sobresaliente actuación anoche en el estadio Luis Franzini, de Montevideo, donde cayó sucesivamente por dos a cero y cuatro a dos en los penales ante Defensor Sporting.
The Strongest cayó en su ley. La idea futbolística es llegar hasta el arco contrario con base en toques sucesivos y que el último sea un pase a la red. Es más o menos el concepto del Arsenal inglés pero, se sabe, ese equipo sufre más contrastes a pesar de que su juego enamora.
Jair Reinoso es un muy buen delantero. No cabe la menor duda, es hábil y genera espacios ante los rivales, pero tanto como el panameño Boris Alfaro es un jugador que requiere de espacios para anotar, no es de choque.
El entrenador Eduardo Villegas sostiene que ese sistema evita que al anular al centrodelantero, el rival, deje sin posibilidades al equipo.
Es un concepto, que se estrella contra la realidad en partidos como los disputados anoche, en los que se obligó a Reinoso a ser nueve de área y falló sin acertar, a pesar de las buenas ocasiones de las que dispuso.
el partido. Desde el principio de las acciones, en la lluviosa noche de Montevideo, Defensor Sporting se fue como una tromba sobre el arco de Daniel Vaca, cuya figura se erigió como la mejor de esa parte del cotejo.
Y, como es lógico, lanzó veloces y peligrosos contragolpes que Reinoso desperdició de una manera inaceptable.
En el segundo tiempo, Nicolás Olivera cambió la cara al local. A los 14 minutos, un pase suyo permitió a Giorgian De Arrascaeta abrir la cuenta, en tanto que 10 minutos después, otra desconcentración de la defensa visitante permitió a Oliveira anotar el segundo tanto para sus colores.
Desde allí hasta el final, los atigrados fueron dueños del balón y del peligro, en tanto que los violetas se limitaron a lanzar contragolpes.
Hubo, además, un factor que destruyó el sistema de juego de los gualdinegros: la carta de gol, Reinoso, salió de la cancha instantes antes del segundo gol. Con dos goles en contra y sin peso ofensivo, Villegas ordenó el ingreso de Boris Alfaro y que Alejandro Chumacero se desempeñe como enganche.
Ambos elementos permitieron a los aurinegros dominar las acciones, pero estaba visto que no poder anotar un solo gol, pese a las opciones, sería la causa de una dolorosa eliminación.
Los penales fueron otra cosa. Los errores de Ernesto Cristaldo y Marcos Barrera fueron el corolario de una noche muy poco afortunada.
Ahora, para el Tigre solamente queda pensar en el campeonato local.
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