El fútbol es un espejo que refleja a grandes rasgos los estados de ánimo, incluso, refleja de manera desmesurada lo que somos y lo que buscamos. Es una frase trillada, pero que se ajusta perfectamente a lo ocurrido anoche en el estadio Hernando Siles, donde dos equipos caracterizaron posturas distintas y cambiantes en los noventa minutos del partido.
Un Tigre agresivo, pero conformista, un equipo que muestras ser uno muy distinto cuando ataca, que cuando defiende. Incapaz de rentabilizar o aumentar una ventaja que pudo brindarle grandes chances de repetir campeonato, pero que se diluyeron en una actitud mansa para terminar cediendo puntos importantísimos.
El plantel local no pudo asegurar el triunfo cuando la cuenta estaba 2-0 a su favor y por este “pecado” pagó un precio alto. Los aurinegros encontraron el espacio en la línea defensiva de la “U” por donde hicieron mucho daño y pudieron marcar el primer gol de la noche gracias a la definición de Alejandro Chumacero, con un disparo que venció a Marcelo Robledo a los siete minutos.
El club paceño tenía entre sus garras a los capitalinos desde el principio, pero este dominio se prolongó hasta cerca de los 25 minutos y en este período llegó el segundo tanto con un disparo de tiro libre de Pablo Escobar que descolocó a Robledo a los 15‘.
Los estudiantiles, a diferencia de local, siempre creyeron en sus posibilidades, aunque en los primeros minutos vivieron un caos defensivo. Después del segundo gol del tigre, empezaron a merodear el área del anfitrión de la velada hasta ganar un tiro libre indirecto, que fue aprovechado por Rubén de la Cuesta quien se anticipó ante el servicio para colocar el descuento a los 30‘ (2-1), dejando en evidencia las licencias que dan los defensas atigrados con las jugadas a balón parado.
En el complemento The Strongest quiso encerrar al rival para quedarse con los tres puntos, pero los recursos ofensivos se quedaron cortos ante un equipo que ganaba confianza. Dentro de sus planes no contó con la destreza de los capitalinos para escurrirse de la marcación de los atigrados y proyectarse con profundidad para dar la sorpresa.
Cuando transcurría el minuto 78‘ una llegada de la “U” finalizó en el gol de la igualdad (2-2). El aporte de Ramiro Ballivián en el ataque le permitió encarar con dirección al pórtico de los gualdinegros y enviar la pelota por encima de Daniel Vaca, después de otra jugada a balón parado.
El Tigre volvió a colocarse en posición de ataque, su intención era conducida con desesperación esperando que en el final pueda cambiar la historia como ocurrió antes, pero no sucedió así y se quedó con un sabor amargo porque Robledo tuvo un par de atajadas para salvar a la “U”. Esto sigue demostrando lo que venimos pregonando desde inicio del torneo, incluido Copa Libertadores, es que el Tigre carece de delanteros que puedan marcar. Ojo, creo que son los nueve que deambulan sin marcar. Hay tres extranjeros y dos nacionales de escaso nivel, si valoramos las ganas, habría que rescatarlo a Luis Melgar, y a los otros hay que mostrarles el camino a sus casas, porque hasta el momento solo han producido frustraciones, desembolsos económicos excesivos y pocos réditos. Con el dinero de estos cinco, alcanza para traer dos delanteros de nivel internacional que solucionen los inconvenientes que atraviesa la institución en materia ofensiva.
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