El cotejo tuvo muchas diferencias en el primer y el segundo tiempo. El primer capítulo terminó en tablas. No porque Guabirá ostento una defensa infranqueable y resistió con todo la arremetida del local, sino porque los dos delanteros atigrados, Luis Melgar y Boris Alfaro, no estuvieron acertados en ninguna de la jugadas de gol. El Tigre, siempre tuvo la posesión de la pelota los primeros 45 minutos, pero no pudo rentabilizar sus opciones, dejando de manifiesto que hay muchos jugadores a los cuales les queda grande la camiseta aurinegra.
Guabirá, por su parte, llegó con una estrategia incompleta. El cuadro de Álvaro Peña, quien miró el partido desde las graderías, planteó un cotejo basado sólo en la defensa. Era evidente, el azucarero llegó a La Paz a cuidar su arco y mostró mayor ambición; sin embargo, obtuvieron premio a esa postura mezquina, cuando Guimer Justiniano abrió el marcador, tras licencias de la zaga local.
A partir del minuto 64 los atigrados se compusieron en ofensiva. Reinoso, quien había desaprovechado muchas opciones en Copa Libertadores, se redimió emparejando el marcador. Cuando se jugaba el minuto 73, una vez más, Reinoso, con un remate bien ejecutado con pie derecho, estableció el 2 a 1 de la remontada.
Alejandro Chumacero aumentó la ventaja, después de recibir un centro perfecto de Ernesto Cristaldo, quien se acomodó levantó la cabeza y envió el balón donde estaba el paceño que no perdió la opción y el marcador era 3 a 1 en el minuto 80.
Tres minutos después (83) una vez más Reinoso aprovechó que el arco de Guabirá estaba solitario para enviar la pelota al fondo del arco, era un sombrerito que le hizo al guardameta Federico Elduayen, quien defendió su área hasta que quedó abatido.
Pero no pudo faltar a la fiesta de goles, el capitán. El último tanto del cotejo, fue convertido por Pablo Escobar, quien estaba libre de marca cuando se cumplía el minuto 92‘ y sacó un remate letal, para establecer el 5 a 1 indiscutible que coloca al Tigre como líder solitario del torneo, con la esperanza que sus inmediatos perseguidores sufran resultados en contra.
The Strongest se despidió jugando de local. Lo hizo vapuleando a un rival que se desmoronó en 64 minutos y terminó flagelado. Ahora, al Tigre, le restan tres partidos de visitante (Wilstermann, San José y Blooming), donde intentará sumar todo lo posible y esperar el tropiezo de orureños y chuquisaqueños. Por el momento, ya metió presión.
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