El argentino Abel Méndez ganó a la hinchada de The Strongest en 33 minutos, durante el partido frente a Universitario de Pando (sábado 30 de agosto), por la cuarta fecha del torneo. Ingresó a los 57’ por Alejandro Chumacero y en el poco tiempo que estuvo en la cancha todo le salió bien. Fue como un amor a primera vista.
El Tigre empataba a un gol, cinco minutos después, a los 62’, Ernesto Cristaldo marcó el 2-1 y a los 65’ Méndez hizo el tercero, que aseguró la victoria atigrada sobre el representativo pandino. La primera pelota que tocó la jugó bien, eso le dio confianza y después tuvo a maltraer a la defensa rival por la banda izquierda.
Los hinchas gualdinegros se entusiasmaron con su juego, lo aplaudieron y corearon su nombre cuando se retiraba al vestuario.
Vive a unas cuantas cuadras del estadio de Achumani, pero ese día tardó más de lo acostumbrado en llegar a su domicilio porque los aficionados lo paraban a cada momento, lo felicitaban, le pedían un autógrafo, una fotografía. No esperaba tanto después de que había jugado solo un rato en el partido.
“Tuve el debut soñado, hice lo que me dijo el profesor (Néstor Óscar) Craviotto, me salieron todas las cosas bien, convertí un gol y lo más importante fue que me vio mi papá (Enrique), quien estaba en las tribunas”.
Está agradecido con la gente que le demostró su cariño, pero es consciente de que no puede conformarse con eso. “Esto recién empieza, justamente eso me dijo el ‘profe’ Craviotto, que tengo que seguir por este camino”.
Sabe que para continuar el romance con la hinchada del Tigre “tengo que trabajar con humildad y con bajo perfil”.
Está orgulloso y feliz de estar en The Strongest, “uno de los clubes más grandes de Bolivia”.
Es hincha de River Plate y su referente futbolístico es su compatriota Ariel Burrito Ortega”.
Aunque hace aproximadamente dos meses se incorporó al plantel, ya está totalmente identificado con sus compañeros.
“La verdad es que el grupo de jugadores es excelente, todos tiran para el mismo lado. Más que un equipo de fútbol parece una familia, creo que por eso lograron el tricampeonato, después otro título, y todo lo que ganaron hasta ahora se lo merecen”.
Sigue los partidos de los otros equipos de la Liga, motivo por el que se atreve a manifestar que The Strongest está para pelear por el título, porque “tiene un gran plantel, con muy buenos jugadores”. Creo que el campeonato va a estar entre Bolívar, nosotros y Blooming, Dios quiera que el tiempo me dé la razón”.
Una confusión estuvo a punto de dejarlo fuera del Tigre
Marcos Bonilla
Abel Méndez pasó un vía crucis antes de que el cuerpo técnico de The Strongest dé el visto bueno definitivo para que se quede. Después su habilitación fue otro dolor de cabeza (se demoró casi un mes), por lo que recién debutó en la cuarta fecha.
Llegó a Oruro en junio para pasar una prueba en San José, pero no se quedó. Casi de inmediato fue a Nacional Potosí, donde tampoco arregló.El dinero empezaba a escasear. Después de casi dos semanas viajando y probándose, vino a La Paz decidido a arreglar con Ramiro Castillo, que se alista para jugar la Copa Bolivia. En ese club ya jugó en 2011.
Cuando tenía todo arreglado surgió la posibilidad de pasar una prueba en el Tigre, aunque en el equipo preprofesional. En su primera práctica de fútbol causó una buena impresión, por eso el DT Craviotto y su asistente Arturo Norambuena lo vieron muy bien, lo promovieron al primer plantel “y me dieron el okey”.
La desilusión, sin embargo, llegó un par de días después porque el cuerpo técnico tenía la idea de que era hijo de padres bolivianos, y cuando se enteraron de que era argentino “me dijeron que no, eso me bajoneó”.
Alguna gente del club intercedió para que se quedara y sus buenas condiciones hicieron que recibiera el sí definitivo.
Gran parte de su carrera la hizo en Bolivia
Sus primeros pasos en el fútbol los dio en su natal Tucumán, en Argentina; pero gran parte de su carrera la desarrolló en el país. Se inició en el club San Pablo, cuando tenía 13 años, después pasó a las divisiones inferiores de San Martín de Tucumán, uno de los más grandes de su ciudad natal, donde jugó varios años.
En 2010 empezó su vinculación con el fútbol nacional. Llegó a Cochabamba gracias a su hermano mayor (Ariel) que jugó ese año en el club Arauco Prado valluno y lo trajo para que probará suerte.
Jugó en Bata, “salimos campeones de la Asociación de Cochabamba, salí goleador y jugamos la Copa Simón Bolívar”. Recuerda también que jugó tres cotejos y le hizo un gol a Wilstermann, que había descendido.
En 2011 arribó a La Paz para vincularse al club JV Mariscal de El Alto, que en ese tiempo había realizado una alianza con el club Ramiro Castillo. El primer semestre jugó en JV en la Copa Bolivia y en el segundo en Castillo, en el torneo de la Primera A.
Al año siguiente (2012) la intención era quedarse en Tucumán, pero surgió la posibilidad de jugar en Aurora. Pasó la prueba cuando el técnico era Julio César Baldivieso.
En 2012 volvió a su país para jugar en Atlético Concepción, luego pasó a San Jorge, su último club antes de llegar al Tigre. Ahora quiere quedarse y hacer historia.
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