The Strongest hizo respetar su casa. Venció ayer con méritos y justicia a Nacional Potosí por dos goles contra cero.
El elenco atigrado fue absolutamente superior a su rival, que llegó con la idea de defenderse, copar los espacios del centro de la cancha y generó apenas una opción de gol durante el cotejo.
La idea de Ferrufino, el técnico del conjunto potosino, fue presionar en el medio, inclusive con exagerada violencia, esforzarse y sacrificarse, pero no tuvo ideas para llevar peligro sobre el área rival.
Durante el primer tiempo, las cosas salieron exactamente como las había planificado Ferrufino, pero durante el segundo tiempo, un incidente definió el destino del encuentro.
A los nueve minutos, el juez Álvaro Campos cometió un error: sancionó un penal a favor del Tigre, pero echó atrás su decisión a sugerencia del asistente Óscar Ortega.
Sin embargo, el zaguero central Claudio Centurión, en su protesta, no solamente insultó, sino que dio un empellón al juez. El defensor estaba amonestado y tras ver la segunda cartulina amarilla, fue expulsado y el entramado destructivo de Nacional se vino abajo.
Sin embargo, habrían de transcurrir unos diez minutos más para que Luis Melgar, tras un pase de cabeza de Pablo Escobar para abrir la cuenta, con una elegante tijera.
Doce minutos más tarde, otra vez Escobar, a pase de Alejandro Chumacero desbordó por la izquierda y ante la salida del golero Carlos Barahona habilitó a Rodrigo Ramallo. Fue el dos a cero.
En los minutos finales, Nacional Potosí generó la única opción clara de gol. El remate de Gastón Mealla, sin embargo, fue muy bien controlado por Daniel Vaca.
Los gualdinegros volvieron a poner en evidencia que carecen de un definidor al estilo de hombres tan importantes como Rubén Gigena o Pablo Vázquez, pues con los actuales debe jugar al toque, en busca de combinaciones, con las que, como ayer, suele exagerar y, por ello, sufre más de la cuenta, a pesar de que es futbolísticamente superior a sus ocasionales adversarios.
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