Un enfrentamiento entre policías e integrantes de la barra Ultra Sur 34 de The Strongest, el domingo en inmediaciones de la calle Yungas, destapó la olla: la cercanía de un partido de fútbol de la Liga provoca desbordes y hay fanáticos que ingieren bebidas alcohólicas incluso, de acuerdo con denuncias de vecinos, desde un día antes, y en ese estado van al estadio e ingresan a las graderías —sin que nadie se dé cuenta— para “alentar” a su equipo.
El riesgo está en lo que puede suceder en ese transcurso. El domingo, hubo piedras y palos de parte de los aficionados contra efectivos policiales en la avenida Illimani. El resultado fue daños materiales en un par de patrullas. Los uniformados ingresaron a instalaciones del club, incluso por los techos, para contrarrestar a los exaltados y detuvieron a varios de ellos (unos 100). Aunque el caso no pasó a mayores, es un aviso.
En The Strongest, el problema puede ser mayor si es verdad lo que algunos vecinos afirman: los hinchas, que han ganado un lugar en los predios del club en la calle Francisco Monroy (conocida como la Frías), donde tienen su sede, protagonizan habituales borracheras en ella y también en bares aledaños, aunque ellos lo niegan y aseguran que cumplen al pie de la letra un reglamento interno que prohíbe el consumo de alcohol a una cuadra a la redonda del predio atigrado. Por tanto, según esa normativa existe la prohibición de ingresar a locales públicos que expenden alcohol y que se encuentran en ese radio.
Los vecinos, consultados por Señor Fútbol, están preocupados por la falta de seguridad y temen que en cualquier momento pueda pasar algo peor, pese a que las denuncias a la Policía, Alcaldía y dirigencia del club son permanentes; aunque también hubo manifestaciones en sentido de que si bien existe consumo de bebidas alcohólicas, la gente que vive a diez o 20 metros del predio atigrado no se siente amenazada.
El problema va más allá de que si toman o no y es hasta dónde el club se los permite. El Tigre, mediante su directorio, ha aceptado darles a los hinchas un lugar como sede en el sitio consagrado a los entrenamientos de su escuela de fútbol, aunque ahora ésta no está funcionando porque se realizan trabajos para la instalación de una cancha de césped sintético. Para ello, el presidente del club, César Salinas, tiene una explicación: los hinchas “están ocupando los ambientes de manera provisional, pero sujetos a una buena conducta”.
La dirigencia no avala ese tipo de comportamiento y a partir de los incidentes del domingo, el titular atigrado anunció una reunión con los dirigentes de la barra “para aclarar la situación, porque hemos tenido quejas permanentes de los vecinos y lo sucedido el fin de semana ha sido un poco la detonante para que ellos (los hinchas) vean cómo se comportan y nosotros tengamos que rayar la cancha con ellos”.
Para tranquilidad de los vecinos, los integrantes de la barra atigrada (la Ultra Sur 34) abandonarán en breve las habitaciones que ocupan, porque ahí se construirán ambientes para brindar comodidades a los alumnos de la escuela de fútbol, que volverá a abrir sus puertas una vez que esté lista la cancha de césped sintético.
Calatayud admite que hay gente ebria
Reynaldo Calatayud, presidente de una de las barras organizadas de The Strongest: la Ultra Sur 34, la que estuvo involucrada en los incidentes con la Policía, admitió que entre los hinchas existen algunos que ingresan al estadio después de haber consumido alcohol, pero negó que beban en la sede de la hinchada.
“No puedo negar esa situación, porque es algo que es difícil de controlar. Lo que yo digo taxativamente es que en la sede no se ingieren bebidas alcohólicas porque existe un estatuto interno dentro de la barra que prohíbe esa situación”, manifestó.
Explicó que su norma, entre otros aspectos, prohíbe el consumo de bebidas alcohólicas a una cuadra a la redonda del predio del club. Dijo que se asumió esa determinación porque cuando se solicitó a la dirigencia el uso de los ambientes a través de un documento, el presidente César Salinas negó en principio el permiso. “Nos dijo que ‘yo no les puedo llevar ahí, porque ustedes van a tomar, se van a drogar y no quiero tener problemas’; entonces decidimos elaborar el estatuto que tiene una sanción de Bs 1.000 para los infractores”.
La norma, según dijo, se cumple al pie de la letra y prueba de ello es que el domingo, durante los incidentes con la Policía, cuando tomaron el predio sin autorización “encontraron media botella de singani, además el juez que se ocupó del caso en la FELCC determinó la libertad de más de 100 arrestados porque no encontró indicios de gente que haya bebido”.
Una sede, como en el exterior
Comodidades
Como sucede con las barras de clubes del exterior, Reynaldo Calatayud aseguró que la sede de la barra tiene varias comodidades como ocurre con clubes de Argentina, Brasil o Paraguay. “Tenemos una mesa de billar que nos regalaron los jugadores, hemos comprado dos televisores, juegos de mesa; pero después de estos problemas y los trabajos que se están realizando nos han pedido que nos busquemos otro lugar y ya estamos en eso”.
Acusaciones
Contrariamente a lo que argumentan los miembros de la barra de The Strongest, respecto del consumo de bebidas alcohólicas en bares cercanos al predio, uno de los vecinos aseguró que es frecuente ver a jóvenes tomando en un bar de la avenida Illimani. “Lo que llama la atención es que se venda alcohol a jóvenes, pero ni la Policía ni la Alcaldía hacen nada”, dijo.
Desconocimiento
Los vecinos, además, manifestaron que en varias oportunidades intentaron comunicarse con los dirigentes para comentarles lo que sucede, pero si bien muestran predisposición nunca atienden los llamados.
Caravanas
Siempre que The Strongest tiene que jugar en el estadio Hernando Siles los hinchas llegan en caravana al escenario miraflorino. “Mientras vamos avanzando se va incorporando gente y varios lo hacen después de haber consumido alcohol. Es algo que no podemos controlar, es complicado”, manifestó Calatayud.
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