Como se presumía, el Sao Paulo comenzó arrollando, con la firme intención de abrir el marcador cuanto antes, pero el fútbol es impredecible, ya que la primera acción de peligro la produjo The Strongest, en una jugada individual (5’) de Rodrigo Ramallo que evadió al defensa Rodrigo Caio y sacó un potente remate que hizo temblar el palo derecho.
Con la primera alarma encendida para el local, el Sao Paulo no pudo controlar el partido hasta el minuto 15. Un tiro libre bien servido por Ganso desde el sector izquierdo, Lucao no pudo conectar de cabeza para poder romper el cero. Desde ese momento la historia fue favorable para los dirigidos por Edgardo Bauza, que encontró más espacios por el medio.
Los más peligrosos eran Michel Bastos, Ganso y Centurión que exigieron entre balones aéreos y remates de media distancia a Daniel Vaca, que con sus grandes intervenciones lograba mantener el cero en el arco boliviano. En los últimos tramos del primer tiempo Pablo Escobar y Matías Alonso, del Tigre, lograron inquietar al portero Denis.
El segundo tiempo, el Sao Paulo no fue ni la sombra del primero, con jugadas intrascendentes pese a que reforzó su ofensiva con el ingreso del delantero argentino Jonathan Calleri. Fue entonces cuando la dinámica de lo impensado entro en acción. Pablo Escobar fue inteligente al aprovechar un tiro de esquina a favor de la visita.
El ‘Pájaro’, en vez de sacar un centro, cedió un pase retrasado a Raúl Castro que vio solo a Alejandro Chumacero en el área grande, al que le envió un pase milimétrico. Chumacero sacó un centro corto para que a los 61’ del partido, el uruguayo Matías Alonso, de cabeza, convierta el 0-1 y desate la algarabía de la parcialidad boliviana apostada en el Pacaembú.
Los minutos trascurrían y el Sao Paulo no pudo reaccionar del golpe infringido por los visitantes. La mejor oportunidad para los locales se dio a los 85’ tras una corrida de Bruno por el sector derecho y dio un pase a Kieza que sacó un disparo defectuoso. El triunfo estaba cerca solo que había que sostenerlo, aguantar los embates del rival.
Vaca, Escobar, Chumacero, Veizaga y Alonso, pedían alejar el balón lo más lejos posible del arco rival. De pronto el árbitro confirmó que se iban a adicionar cinco minutos. Había que aguantar y el Tigre, fiel a esa garra que lo caracteriza, lo hizo. El pitazo esperado llegó y se vino el festejo; The Strongest logró así un triunfo histórico que le permite arrancar con pie derecho su participación en la Libertadores 2016.
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