Los minutos más emotivos se sucedieron en el segundo tiempo, cuando Juan Miguel Callejón (17’) abrió la cuenta para los ‘celestes’ y Diego Bejarano (19’) puso la paridad, y reclamaron el grito de gol que bajó de la tribuna hasta el césped.
Fue un empate luchado y con más transpiración que juego bien elaborado, porque en muchos pasajes de la contienda las misiones persecutorias cobraron espacio, y el fundamento físico marcó la línea de un cotejo que dio cabida a un ambiente de fiesta, aunque mezquino en goles.
Si bien es cierto que la esencialidad de equipo al que los protagonistas siempre aspiran, que es el jugar al ataque y producir un buen juego, lo que en buenas cuentas supone ser pulcro en un pleito trascendente, por lo visto ayer, las sensaciones fueron tibias, porque a los dos equipos les faltó claridad y determinación para cerrar jugadas propicias.
EL PARTIDO
Escobar tuvo de entrada una clara opción para abrir el marcador. Su disparo de tiro libre encuentra el horizontal cuando ya estaba vencido Zamora (7’ PT).
Veizaga saca un disparo de 235 metros y Zamora en gran acción saca al corner (21’). Un minuto después Castro saca otro remate peligroso que se pierde lamiento el vertical izquierdo.
Maygua se ‘come’ un buena oportunidad frente al arco, su remate pifiado sale alto (30’).
Zamora gana en el mano a mano a Alonso (33). Justiniano pierde la más clara opción para Bolívar, su disparo mordido pega en la base del vertical derecho cuando Vaca ya estaba vencido (43’). Escobar, en el cierre de la etapa exige a Zamora que responde junto al palo derecho.
En el complemento, A lonso y Escobar arrancaron frío en la última línea celeste (7’). Capdevila respondió con una buena entrada pero no lo supo cerrar (11’).
Callejón con un balazo superó a Vaca que fue sorprendido a losd 17’. Dos minutos después, cuando aún festejaban los bolivaristas, un tiro de esquina fue bien aprovechado por Diego Bejarano que con un cabezazo superó a Zamora, y las cosas se pusieron como al comienzo. De ahí en más, ambos elencos pusieron esmero en la marca, y virtualmente los resquicios para los delanteros se esfumaban, porque a los dos equipos les costaba llegar.
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