Anímicamente tuvo una inyección para afrontar este martes a Sporting Cristal, por el grupo 2, de la Copa Libertadores de América. Se irán a Lima con mayor confianza por lo que reflejó ayer en el campo de juego.
The Strongest tuvo un bajón futbolístico previo al compromiso de ayer y acumuló dos derrotas en el campeonato local (ante Universitario 2-1y con Bolívar 0-4), aunque le ganó a Sport Boys (0-1), en la fecha anterior, pero lo expuesto en el campo de juego no fue de lo mejor.
Sin embargo, el Tigre recobró la memoria y jugó ayer con buena circulación del balón en el mediocampo, con llegadas por las bandas gracias a las proyecciones de Diego Bejarano (derecha) y Agustín Jara (izquierda), además de la eficacia en el sector ofensivo.
Al frente estuvo un equipo con desgano, sin orden táctico, con imprecisiones en salidas y que se pudo llevar un resultado más abultado.
El 1-0 llegó con una jugada colectiva que contó con la participación de Alejandro Chumacero que tocó con Raúl Castro, quien hizo un amague para asistir a Walter Veizaga que se acomodó para su pierna derecha y remató al palo izquierdo del portero Hugo Suárez (17’).
Blooming retrocedió en las tres líneas pero nunca presionó a Chumacero, ni a Castro, quienes elaboraron todas las jugadas ofensivas del local.
El 2-0 llegó con una jugada individual de Jara que se amagó a cuatro cruceños y remató fuerte con la zurda para hacer olvidar al lesionado Marvin Bejarano, que está en la fase de recuperación por un fuerte golpe en el rostro (21’).
Con ese resultado parcial (2-0), nos fuimos al descanso. En la etapa complementaria, Blooming intentó salir más, ser ambicioso para llegar al descuento.
La intención quedó en nada cuando el árbitro beniano Alejandro Mancilla cobró una infracción sobre Escobar dentro del área de la visita, por un empujón de Mario Cuéllar. La pena máxima fue ejecutado por Matías Alonso que puso el 3-0 (52’).
El 4-0 llegó casi de inmediato con un error en salida para Escobar que resolvió de gran manera (54’).
El técnico atigrado César Farías que estaba en las graderías, para cumplir su última fecha de suspensión, disfrutaba e indicó cambios para hacer descansar a Chumacero y Bejarano, para pensar en el compromiso de la Libertadores.
El quinto llegó con una buena presión de Diego Wayar y asistió a Alonso que definió entre las piernas de Suárez (64’).
El broche de oro lo puso Escobar con una jugada individual por la derecha y con un remate rasante decretó el 6-0 (74’). El resto del partido fue un mero trámite con dos equipos que sabían que todo estaba sentenciado y no había que exigirse más.
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