Sergio Luna es un agradecido del fútbol boliviano porque los mejores años como jugador los pasó en el país.
Fue ídolo de The Strongest entre 1989 y 1994. También jugó en Wilstermann y Litoral. Dirigió al Tigre (2006) y a Real Mamoré (2010-2011), y entre 2016 y 2017 fue coordinador general de las escuelas del club atigrado y técnico de la división profesional.
Cree que es el momento de devolverle algo al fútbol nacional, por eso ha elaborado un proyecto para trabajar en divisiones inferiores que puede implementarse en clubes, en asociaciones y en la Federación de fútbol. Lo denomina: “Mentalidad ganadora”.
— ¿En qué consiste tu proyecto?
— Gracias a la experiencia recogida en los dos años que trabajé con menores en La Paz, y también lo que hice en mi país, he elaborado el proyecto para que las cosas en divisiones inferiores se organicen de una manera distinta y podamos lograr un crecimiento para el fortalecimiento del fútbol profesional, porque en realidad las falencias que tenemos abajo las vamos transmitiendo arriba.
— ¿El proyecto a qué edades involucra?
— Más o menos a partir de los 13 años, cada club podría tener un organigrama para mínimamente proyectar a los jugadores; pienso que en el país no se apunta a ese trabajo o no es sostenido, se considera más bien que es un gasto en vez de una inversión y eso determina que los clubes solo apuntan a su plantel de primera, a traer jugadores para sostener el momento y cuando el objetivo no se consigue, que es clasificar a una Copa o quedan prematuramente eliminados en un torneo, se origina un desconcierto económico y las falencias afectan a la institución. Creo que con una mínima parte dedicada a las divisiones inferiores la estructura de un club se podría modificar, porque no a muy largo plazo, tres o cuatro años, ya podrían tener valores formados en la institución, lo que les ahorraría un gasto enorme a futuro.
— ¿En qué consiste el proyecto?
— Yo tengo un organigrama (planificación) donde se habla de los objetivos personales y generales para los chicos. Existe una labor estrictamente deportiva, en la que tienes que trabajar en la parte táctica, tener una planificación pensando en el mediano y largo plazo, tener metodologías y gente capacitada para poder transmitir las ideas, entender que en el fútbol el entrenador es un educador que tiene que estar capacitado. Se necesita un acompañamiento sicológico, más allá de los entrenamientos específicos. Se requiere trabajo en gimnasio para tener unos años de una formación física fuerte, para no estar en desventaja con el resto de los países que ya tienen una estructura mucho más armada.
— ¿Es necesaria infraestructura propia?
— No se puede arrancar teniendo todo, pero a medida de que uno va trabajando la idea es ir consiguiendo más elementos para permitir darle al jugador un desarrollo integral y por sobre todas las cosas lograr un sentido de pertenencia para que el jugador se sienta identificado y respaldado por el club.
— En tu paso por las divisiones inferiores de The Strongest, ¿se pudo promover jugadores?
— Me queda la satisfacción de haber proyectado a primera división a varios jugadores en los dos años que estuve, como son (Yhonjairo) Villegas, Richet Gómez o Sergio Gil, por citar a algunos.
Luna, junto a su esposa Miriam, muestra el documento y el DVD de ‘Mentalidad ganadora’. Foto: Christian Calderón
— ¿Este proyecto no lo pudiste plasmar en The Strongest en los dos años que estuviste?
— El proyecto lo venía desarrollando en la medida de las posibilidades. Cuando llegué a The Strongest me encontré con que no tenían nada, no tenían vestuarios y los chicos se cambiaban afuera, no tenían el hábito de entrenar todos los días, si llovía no se entrenaba, si no había cancha tampoco. Conmigo, a pesar de que las condiciones no eran las ideales, siempre se entrenaba, les dimos un lugar donde entrenarse, gracias al aporte de la gente pudimos dejar un televisor, una lavadora de ropa, un equipo de música, un DVD; en la Yungas lo mismo.
— ¿El proyecto Mentalidad ganadora ya lo has hecho llegar a un club de la Liga o alguna asociación?
— Hemos elaborado un cuadernillo, acompañado de CD, donde está explicado el proyecto. Lo he mostrado en la Asociación de Fútbol de La Paz (AFLP), también he hecho llegar a la Federación (FBF), clubes de Cochabamba, esperemos que los dirigentes abran la cabeza, que sepan que se trata de una inversión que no es tan costosa y por sobre todas las cosas se va a fomentar el fútbol, porque muchas veces los chicos que tienen condiciones quedan en el camino, porque nosotros no les mostramos nada, porque los mismos papás al ver que esto no se toma con seriedad los obligan a los chicos a estudiar y desgraciadamente se van diluyendo y eligiendo otras actividades.
— ¿Se trabaja mal con menores en Bolivia?
— Yo quiero que el compromiso sea grande, modificar todo esto, revolucionar el fútbol y por sobre todas las cosas formar jugadores, como ocurría cuando llegué a Bolivia, donde la escuela Enrique Happ, la Tahuichi, eran verdaderos formadores de talentos, de valores y había un sentido de pertenencia mucho más grande que el que hay ahora.
— Si el proyecto recibe la aceptación de un club, de una asociación, ¿tú tienes listo tu cuerpo técnico?
— Tengo las personas capacitadas para llevar adelante el proyecto, pero lógicamente también hay que ir capacitando técnicos, hay que darles charlas y cursos a los formadores, porque un formador tiene que tener bien claro que no solo es un profesor de fútbol, sino un profesor de la vida.
— ¿Y si se te presenta la oportunidad de dirigir un club de la Liga?
— He tenido algunos contactos de Nacional, también me llamaron de Real Potosí, tuve algún acercamiento con Sport Boys. Soy hombre de fútbol y estoy capacitado para dirigir en divisiones inferiores como en un plantel de primera. Ojalá se puedan abrir esos caminos, estoy predispuesto para seguir aportando desde el lugar que sea para el bien del futbol boliviano.
— ¿Piensas quedarte a vivir en La Paz?
— Por ahora yo estoy radicando en La Paz, le dedicamos mucho tiempo a ese proyecto, seguiré vinculado al fútbol y que se abra alguna oportunidad de trabajo y como te dije anteriormente, tratar de seguir aportando, involucrarme en el fútbol.
— ¿Qué importancia tiene tu familia?
— Mi esposa Miriam, que me acompaña en La Paz, y mis hijos son importantes en lo que hago y en todo lo que he conseguido.
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