Víctor Montoya era un recio zaguero central atigrado, que en la defensa se hacía respetar. Nacido en Tucumán, Montoya también se emocionó en su retorno a La Paz. “Hace cuarenta años que me trasladé a la provincia Tucumán, ahí haciendo distintas actividades, porque había que trabajar para poder subsistir”, dijo Montoya, quien agregó que por diferentes motivos no se pudo dar su retorno a La Paz. Lo que vivió en el Hernando Siles fue indescriptible para él, “no hay palabras para hablar del recibimiento de la gente, no se olvida de nosotros, tiene memoria de las grandes hazañas que pudimos hacer en beneficio de la institución”. En este sentido, Montoya tiene claro de que el “Tigre” es un sentimiento aparte, “uno lo sentía en carne propia, en la calle siempre te paran para una fotografìa, esto nos alegra, saber de que hicimos algo por el club y por el pueblo boliviano en general”. Estuvo tres años en el Tigre, hasta 1979, cuando estuvo al mando del equipo hasta como entrenador cuando se retiró Freddy Valda.
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