Radica hace 23 años en Bolivia, de los cuales 13 los dedicó a jugar en un par de clubes nacionales. Se identificó plenamente con The Strongest, donde además cerró su carrera en 2009. Hoy, Sandro Coelho —un notable mediocampista nacido en Brasil— aún extraña el mundo del fútbol.
Fue uno de los caudillos atigrados. Defendió esa camiseta durante una década, fue bicampeón, y también lució la del orureño San José, con el que dio una vuelta olímpica.
Actualmente reside en la población beniana de San Joaquín, donde le dedica tiempo a su negocio, un surtidor de gasolina. Y desde ahí evoca su etapa de futbolista y de entrenador, porque tras retirarse también fue DT.
— ¿Cuál es el presente de Sandro Coelho?
— Aquí, trabajando con la familia. Gracias a Dios tranquilo, disfrutando del campo. Hace muchos años que resido en San Joaquín, que está distante a 135 kilómetros de Trinidad, Beni, y a dos horas de Rondonia, la frontera. Creo que estamos incluso mucho más cerca de Brasil.
— ¿Mantiene alguna relación con el fútbol?
— Muy poco. Juego de manera amateur cuando tengo la oportunidad, más distractivo. Ayudo un poco en el trabajo de una escuela de fútbol para niños y jóvenes aquí, en el pueblo. No es algo mío, pero colaboro. Transmito lo que aprendí en tantos años de haber estado en las canchas, la idea es que los niños tengan una buena instrucción. En todo caso, mi empresa es la que tiene la prioridad, a la que me dedico bastante y de la que tengo mis recursos.
— ¿Está informado del acontecer del fútbol nacional y de lo que pasa con los clubes bolivianos?
— Sí. Pese a que estoy muy lejos de las ciudades grandes trato de estar siempre informado, además que estoy en un grupo de WhatsApp de exjugadores en el que estamos al tanto y además siempre informándonos por la televisión, la radio y cuando se puede tenemos acceso al periódico.
— ¿Cómo está en esta faceta lejos del fútbol?
— No me puedo quejar por la parte familiar y el trabajo, lo bueno es que tengo más tiempo para mis hijos y mi esposa, con los que vivo, porque los otros tres estudian en Brasil. Tengo acá una estación de gasolina: Servicio Coelho se llama, que la atiendo desde hace un año y dos meses. Por ahora el plan es quedarme aquí, porque tengo trabajo. Más adelante veré qué pasa.
— ¿Está alejado de sus compañeros de equipo?
— No, no mucho, porque voy seguido a La Paz a realizar trámites y cosas que necesito y ahí siempre me veo con muchos compañeros. Están varios amigos como (Juan Carlos) Paz García. Luego regreso acá, a mi casa, donde ya vivo seis años. Me establecí aquí y también tengo otros amigos.
— ¿La última vez que estuvo ligado al fútbol?
— Fue hace mucho tiempo, cuando dirigí a Oruro Royal, el decano del fútbol boliviano. Antes había estado en The Strongest, de donde guardo muchos recuerdos como jugador y también como entrenador.
— ¿Le quedó nostalgia tras dejar el fútbol?
— Siempre están los recuerdos. Uno le dio su vida al fútbol. Al principio es más complicado porque hay mucha depresión. Antes, de jugador, todo el mundo te llamaba, pero cuando dejas de jugar ya nadie te llama y sientes mucho esa ausencia de las canchas. Han pasado tantos años y la nostalgia por el fútbol no se pierde. Tenemos un grupo de chateo de exjugadores y todos hablan de lo mismo, y pese a los muchos años que han pasado desde que la mayoría ha dejado de jugar, igual hay nostalgia.
— ¿El futbolista no se prepara para el retiro?
— No amigo, desde el corazón te digo, pienso que ningún jugador está preparado para dejar de jugar. Puedes tener luego otro trabajo y otra actividad, pero al fútbol lo llevas en el alma. Te da depresión porque ya no estás en eso y sientes toda esa ausencia, aunque de a poco la vas asumiendo.
— A propósito, ¿se enteró que Pablo Escobar está a punto de despedirse?
— Ya con 50 años, mi hermano, todo el mundo tiene que dejar de jugar (se ríe). No, mentira, es una broma. Pablo es un gran jugador que hizo muchas cosas importantes por el Tigre, los stronguistas tenemos que agradecerle mucho. La verdad, pienso que se está retirando en un buen momento, en un gran nivel, jugando de buena forma y esa imagen dejará a la afición.
— ¿Cómo fueron esos años del Tigre con Escobar?
— Fueron años de mucho protagonismo del club, creo que ya van 7 u 8 Libertadores seguidas y esa es una gran racha. Con Pablo se tuvo una era muy exitosa, con un tricampeonato y otros campeonatos más ganados, con gente muy identificada con el club, como nosotros lo hicimos en su momento. Pablo fue fiel a la historia del club, la de pelear cuando nos dan por muertos, eso es el Tigre, no importa si estás herido, con problemas, sin pago, nosotros siempre salimos adelante y ganamos títulos.
— ¿A The Strongest le costará tener otro ícono así?
— Seguramente que sí. Como pasa en todo equipo, no saldrá uno bien rápido como Pablo. Quien sea llamado a asumir la responsabilidad se le complicará un poco, porque la gente exigirá, pero el Tigre te da personalidad, esa fuerza para salir adelante. Será cuestión de apoyarlo. Que la hinchada sepa apoyarlo en todo.
— ¿Cómo recuerda esa década jugando para el Tigre?
— Soy uno de los pocos jugadores que estuvo tantos años en un solo club en estos tiempos, ahora se cambia rápido de camiseta. Yo me identifico con el Tigre, como (Carlos) Borja y (Vladimir) Soria con Bolívar. Pienso que tuvimos mucho éxito e hicimos nuestra propia historia para el crecimiento del club.
— ¿Qué cosas recuerda de ese paso atigrado?
— Son muchos números y récords que alcancé. Nosotros fuimos bicampeones, jugamos seis copas Libertadores y tres Sudamericanas, y el único que me supera en números es precisamente Pablo, porque después al resto yo lo supero. Cuando jugaba, recuerdo que los periódicos publicaban que yo tenía más partidos jugados en la Liga, en clásicos, y en las copas internacionales, superando a ídolos a maestros como Ovidio Messa, Tano (Ricardo) Fontana y otras glorias.
— ¿Qué significa que Pablo lo haya superado?
— No es justo, porque Pablo tiene 7 años más de fútbol que yo y creo que ahí me saca ventaja. Yo jugué hasta los 35 años y lo dejé, Pablo está por 40 y más, y eso no se vale hermano (risas). No, otra vez es otra broma, lo importante es que cada uno aportó con lo que pudo para un gran club.
— ¿Ve a algún jugador actual para tomar la posta?
— No, no quisiera comparar a alguien, por ahí me puedo equivocar o lo tome mal o a menos, no sé. Cada uno tiene su estilo en su época, ahora hay grandes jugadores a quienes tenemos que apoyar para que en la selección puedan rendir de buena manera. Tenemos que incentivar a los chicos con sus propios estilos y características.
— ¿Es verdad que usted pudo jugar en Bolívar?
— Es cierto, estuve cerca de jugar en Bolívar, ya habíamos acordado todo, estaba hecho todo, solo que ese año no sé cómo fue la figura, no se abrió el libro de pases, no pudieron habilitarme porque tenían cupo completo de extranjeros; en cambio, San José sí podía reforzarse porque tenía un espacio vacío para extranjeros, entonces me fui a Oruro y se dio una gran campaña hasta llegar al título, que es una historia ya más conocida por casi todos.
— ¿Cómo fue su retiro del fútbol activo?
— La verdad es que dejé de jugar también en buenas condiciones, aunque ya era grande, tenía 35 años. Tranquilo, normal, sin ruido. Tuve una gran etapa de 10 años en el Tigre, celebrando campeonatos y después se vino otro título con San José. Me retiré de manera tranquila. El Tigre siempre fue de caudillos y de un grupo fuerte. Sé lo que debe sentir Pablo en estas semanas, fue un jugador sin igual y ojalá que aparezca otro que se ponga al equipo al hombro.
— ¿Cómo fue su faceta de entrenador?
— Estuve en el Tigre un año y tres meses y sé que pocos lo recuerdan, pero yo les recordaré que fue bastante bueno, le dimos espacio a mucha gente joven, eso muy pocos lo dicen y recuerdan. A (Alejandro) Chumacero, que estaba en la banca, le comenzamos a dar su espacio, como a (Diego) Bejarano y (Rodrigo) Ramallo, y ahora son grandes protagonistas del fútbol nacional, todos de selección.
— ¿También le tocó dirigir a San José?
— Sí, por supuesto que dirigí a San José, pero fue circunstancial, creo que lo tuve bajo mi responsabilidad durante 10 partidos o algo más y también lo disfruté, porque como le dije es un equipo cuya hinchada transmite un cariño muy especial, diferente al de muchos clubes.
— ¿Qué sabe del Tigre actualmente?
— Lo sigo bastante. Estaba cerca del título, lo tenía en sus manos, con gran chance, pero creo que lo regaló en dos partidos con rivales no fáciles, pero que tampoco están bien. Si abrochaba buenos resultados con Aurora en La Paz y con Universitario en Sucre, que repito son equipos que no son regulares, ahora la historia sería distinta. No se dio y le abrió las posibilidades a San José para constituirse en el mejor posesionado de los equipos, otro al que quiero también bastante.
— ¿Qué criterio le deja el fútbol boliviano?
— Necesitamos mejorar mucho, creo que en algunas cosas aún somos amateurs y si queremos competir con los de afuera, donde está la verdadera exigencia, seguramente tenemos que ser competitivos a la par de otros equipos.
— ¿Qué se debe cambiar?
— Muchas cosas, la cabeza de los dirigentes tiene que ser buena. Un buen conductor nos sabrá llevar a buen puerto. Ahora hay una nueva directiva que ojalá haga las cosas bien, hay que apoyarla. Que traigan extranjeros de buena calidad, jugadores talentosos del exterior y que apoyen al elemento nuestro.
— ¿Solo la dirigencia debe cambiar y mejorar?
— Es la cabeza, es la que genera el fútbol, pero no solo ellos, sino todos, los entrenadores nacionales deben apostar a mejorar, los jugadores también, ellos saben que no deben conformarse, porque afuera notas la desventaja.
— ¿Por qué usted nunca se naturalizó boliviano?
— No pude hacer los papeles pese a que tengo hijos bolivianos, no tomé la decisión final, pero yo me siento un boliviano más, son 23 años que vivo acá, tengo mis papeles en orden, mis actividades en orden. Soy un agradecido con Bolivia por las oportunidades que me ha brindado.
— ¿Cómo vivió estos años en Bolivia?
— Bien mi hermano. Siempre me trataron bien, con mucho cariño y respeto que es lo que toda persona quiere si va a otro país. Por todo eso siempre me sentí boliviano y por eso mismo ya vivo años.
— ¿Cree que la gente aún lo recuerda?
— Pasa eso con Fontana, con Galarza, con Eligio Martínez, con Cristaldo, Paz García, Álex da Rosa y otros. Lo mismo conmigo: personas que no conozco, no las vi nunca en La Paz pero me dialogan y eso me llena de emoción. A Pablo le pasará igual.
Perfil
Nombre: Sandro Coelho Leite
Nacimiento: Río de Janeiro, 27 de junio de 1973.
Esposa: Ivelisse.
Hijos: Sandro, Katherine, Kelly, José Luis y Camila.
Clubes: The Strongest y San José.
Técnico: The Strongest, San José y Oruro Royal.