Más fútbol, mayor actitud de sus jugadores, mejor desempeño individual y un rendimiento colectivo superior al de su rival fueron el sustento del triunfo logrado ayer por The Strongest sobre Bolívar (2-0) en el clásico 197 en la historia de la Liga, por la cuarta jornada del torneo Apertura.
Los goles de Raúl Castro —un golazo— y del capitán Pablo Escobar —tras una jugada colectiva bien armada— no hicieron nada más que ponerle justicia al resultado y el sello a la marcada diferencia que hubo entre la solidez futbolística stronguista —el orden dentro de las cancha— y las dudas e imprecisiones bolivaristas. El Tigre fue de menos a más, en el primer tiempo ya fue superior. En el segundo, categórico, definió bien y hasta pudo hacer algún gol más.
The Strongest presionó desde el inicio y arriba, en campo rival, y así creó las primeras acciones de riesgo. A los cinco minutos, Carlos Neumann recuperó el balón y él mismo, con un remate de 30 metros, puso en aprietos al golero Romel Quiñónez; y en la jugada siguiente Daniel Chávez hizo todo bien por la izquierda, remató y el arquero tuvo que esforzarse.
Bolívar, aunque no terminaba de reaccionar, se acercó a través de un remate de Rudy Cardozo. Luego los dos generaron juego ofensivo, aunque sin riesgo. Tras el minuto 20, el juego se trasladó a la mitad de la cancha y la tenencia del balón se equilibró, pero lejos de los arcos.
Las llegadas volvieron a los 40’, otra vez con la iniciativa de los atigrados. El árbitro Óscar Maldonado no cobró un penal para el Tigre, tras una clara mano de Nelson Cabrera. Dos minutos después Chávez se avivó y quiso conectar un centro con la mano. El juez volvió a equivocarse y sancionó penal para el Tigre, pero su juez de línea corrigió el error.
La segunda parte empezó con Bolívar como protagonista, tuvo dos opciones, pero ahí se acabó su repertorio ofensivo. Y apareció el Tigre. A los 16 minutos llegó el primer tanto, Castro enloqueció a su rival tras enganchar dos veces, remató alto y Quiñónez no pudo detener.
The Strongest creció aún más, asimismo favorecido por la salida de Damián Lizio, quien hasta ese momento era el jugador celeste que mejor trato le daba al balón, aunque Villegas no lo entendió igual. Bolívar pudo empatar a los 37’ con un remate de Ferreira, pero se lo impidió una gran atajada de Vaca. Y Escobar liquidó a los 40’, tras una muy buena jugada colectiva.
La figura - Raúl Castro
En el primer tiempo no influyó, pero en el segundo agarró protagonismo desde su golazo. Luego manejó las riendas del medio campo.
El árbitro - Regular
Óscar Maldonado no cobró un claro penal para el Tigre tras mano de Cabrera, luego sancionó uno que no era, pero su asistente le corrigió.
Los datos
Violento
A momentos el partido se tornó violento. Wálter Flores fue el “abanderado” en ese orden. Pegó duro y los damnificados fueron Raúl Castro y Wálter Veizaga.
Tumulto
Una discusión entre Alejandro Chumacero y William Ferreira terminó en empujones entre jugadores de los dos equipos.
Dinámica
La segunda parte del encuentro tuvo mayor dinámica frente a la del primero, en gran medida por el ritmo que impuso el equipo atigrado.
Caballero habla de un ‘carnaval de llegadas’
Rafael Sempértegui
La conclusión del técnico de The Strongest, el paraguayo Pablo Caballero, es que su equipo hizo mejor las cosas para ganarle “al rival de siempre, que a propósito es un gran rival”, e hizo notar que el Tigre protagonizó “un carnaval de llegadas” al área contraria. Fue el primer clásico oficial de Caballero como DT del Tigre y su primera gran victoria.
“El primer tiempo estaba para cualquiera, pero en el segundo mejoramos y terminamos con un carnaval de llegadas. Sin embargo, estamos aún en deuda con la definición, pudo ser una victoria por más y debemos trabajar en eso”. Destacó no solo a los jugadores que entraron a la cancha para jugar el clásico, sino a todo el plantel. “No tengo 11 jugadores, tengo a los 26 mejores jugadores”, recalcó el entrenador.
n un matiz se atribuyó el gol de Raúl Castro. “Le dije (al futbolista) que ese gol es mío, porque siempre le insisto que le pegue a la pelota, que se lance y tenga confianza”. Eso ayudó a que anoche abriera la cuenta con un magnífico disparo. Sobre Pablo Escobar, autor del segundo gol, bromeó: “A Pablo todos le conocen, yo solo le dije que tiene la nariz grande”. Alabó la dupla en el medio campo Castro-Wálter Veizaga.
Villegas se fue sin decir nada
Directo al bus
A diferencia de su colega de The Strongest, Pablo Caballero, el entrenador de Bolívar, Eduardo Villegas, dejó el camarín al término del partido sin dar ninguna declaración. Salió de la zona (se notaba en el rostro su disgusto por la derrota) y se subió directo al bus de la delegación.
Cabeza fría
Martín Claure, vicepresidente de BAISA SRL —la empresa que administra a Bolívar—, declaró que “las evaluaciones hay que hacerlas con la cabeza fría”. Sostuvo que “se ha hecho una gran inversión, hemos armado un buen equipo, pero los resultados no están acompañando”.
Tercera derrota
Bolívar perdió su tercer partido en lo que va del torneo, el segundo en La Paz tras la caída ante Sport Boys. Además fue derrotado por Oriente en Santa Cruz y solo le ganó a Universitario en Sucre. Tiene tres puntos en cuatro cotejos jugados.
’Ojalá reaccione’
Guido Loayza, presidente de Bolívar, se fue del estadio entre preocupado y molesto: “Ojalá el equipo reaccione”, declaró. Agregó que el clásico fue “muy complejo y pese al esfuerzo no llegamos al gol. Ellos (los atigrados) se agruparon muy bien”.
El tercer tiempo en el Siles
‘Doblemente valiosa’: Pablo Escobar, The Strongest
“Somos un grupo unido, fuerte y humilde, con la mejor hinchada del país. Jugamos y ganamos a un gran equipo y por ello la victoria es doblemente valiosa. Lo importante es sumar”.
‘Las cosas no nos salieron’: William Ferreira, Bolívar
“Jugamos bien con Defensor y con Universitario, pero hoy no se vio lo que pretendíamos. Las cosas no nos salieron. Los primeros responsables somos los jugadores”.
‘El triunfo nos robustece’: Daniel Chávez, The Strongest
“Esta victoria está dedicada a nuestra hinchada. Tiene un sabor muy especial y vamos a disfrutarlo. El triunfo nos robustece, porque nos da alegría y mayor motivación”.
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