Comanda al mejor equipo liguero del momento, The Strongest, que es líder del Apertura demostrando buen fútbol y contundencia, en especial en los partidos de visitante. El paraguayo Pablo Caballero era un desconocido hasta antes de llegar al Tigre, pues sólo había dirigido en su país. La mano del DT, de 43 años, y que en su época de jugador fue delantero, se nota cada vez más en el equipo atigrado: se defiende bien, propone fútbol y es contundente.
En su primera salida de Paraguay como técnico, ¿qué le sorprendió del fútbol nacional?
La verdad que varias cosas. Llegué en un momento de muchos problemas, con el presidente de al Federación Boliviana de Fútbol (Carlos Chávez) detenido, con problemas económicos y salieron muchos trapitos sucios a la luz, y entonces el fútbol pasó a un segundo plano; y bueno, ahora está comenzando a tener un poco más de color con el tema futbolístico.
¿Al inicio pensó en volver a su país por todos los inconvenientes que había?
Nunca pensé en volver porque llegué a un club en el que el presidente, César Salinas, ha cumplido todo lo que ha prometido. Así que, en ese sentido, estamos muy contentos y cómodos. Pero la verdad es que muchos problemas y la desorganización son los puntos a solucionar en el fútbol boliviano.
¿Por qué al inicio costó que el Tigre se encamine?
En el fútbol no hay magia, se necesita tiempo para jugar bien. Al comienzo vine con una idea de jugar con una línea de tres, como lo hice en todos los equipos que dirigí en Paraguay, y me di cuenta de que no iba a poder contar con dos stopper y un líbero, que realmente manejen esa manera de jugar. Tuve que cambiar el 4-4-2, que es lo que estamos jugando hasta ahora.
¿Hubo otros obstáculos?
Sí, como el hecho de hacerle creer al futbolista boliviano que puede jugar mucho más de lo que juega. Es que en el fútbol de este país la mayoría de los equipos te esperan, te contragolpean, y a mí me gusta proponer y también atacar, buscar el primer gol para complicar al rival; y eso es lo que estamos haciendo hasta el día de hoy, tratando de buscar el arco rival y que se den partidos abiertos. De esa manera la parte física pasa a primer plano, y el que está mejor en ese sentido seguramente va a aguantar hasta el final.
¿Hubo dudas de la dirigencia sobre su continuidad?
Dudas hubo porque nadie no conocía mi trabajo, pues era la primera vez que salía de Paraguay. Día a día los dirigentes se fueron convenciendo y siempre me dieron el apoyo, contentos por la manera de trabajar que tenemos y por la idea futbolística que a todos les agradó. Hoy más que nunca estamos fuertes en el equipo, porque somos un cuerpo técnico trabajador, disciplinado y se lo está demostrando en la cancha.
¿En quiénes se apoya el líder del Apertura?
En una de las mejores columnas vertebrales del fútbol boliviano: Vaca, en el arco; Pereyra y Marterli, en la zaga central; Veizaga y Escobar, en el medio.
Y a los paraguayos que dirige ¿ya los conocía?
A Pablo Escobar lo veía siempre jugar. En Paraguay cruzamos un par de saludos, pero nunca fui amigo de él, y recién lo conocí acá, junto a Cristaldo. Nunca había tenido la suerte de dirigirlos, pero ahora somos grandes amigos, queremos lo mejor para The Strongest y estamos bien compenetrados en la idea futbolística y en el objetivo que queremos.
¿Qué tan importante es Escobar como líder del plantel?
Mucho, porque no solamente es líder dentro de la cancha, sino también fuera. Su vida personal es un ejemplo a seguir para los jóvenes. Pablo, día a día, demuestra cómo quiere a la institución, y realmente es un placer tenerlos dentro y fuera de la cancha.
¿Por qué la cosecha de puntos de visitante ha sido perfecta y en casa tuvieron algunos tropezones?
También estamos jugando bien de local. El otro día nos ganó un equipo bueno, Wilstermann, que se paró bien atrás, que salía de contragolpe y que en pelota parada es muy bueno. Por ahí de visita tenemos menos responsabilidad, jugamos más tranquilos, más liderados, más sueltos, y eso hace que los partidos fuera de casa estén saliendo como hasta ahora.
¿La presión les está jugando en contra?
No sé cuánta presión podamos tener, yo creo que la presión se da en el último partido. En la mitad del torneo no hay presión, hay que divertirse.
¿En qué tiene que mejorar este Tigre?
Tenemos que volver a agarrar el nivel futbolístico que teníamos hasta antes del receso por las Eliminatorias. Fueron 21 días que no pudimos contar con siete jugadores convocados, con puestos fijos. Ellos vinieron un poquito recaídos por los resultados y hay que volver a levantar el ánimo.
¿La altura gana partidos?
Ayuda, tiene que ser una ayuda. Ahora que conozco La Paz, es complicado jugar acá si no se está bien preparado en lo físico, y eso hay que aprovecharlo.
¿Qué rival al que enfrentaron los sorprendió?
Todos los equipos tienen su jerarquía o tienen sus problemas. En la actualidad hay varios con problemas y eso lo reflejas en la cancha. El tema económico afecta y eso hay que solucionar en el fútbol boliviano, donde se tiene que ver partidos de ida y vuelta, sea altura o no. Se tiene que mejorar el nivel para que los jugadores que vayan a la Selección estén acorde a los partidos internacionales.
¿The Strongest está para ser campeón o aún falta mucho para pensar en ello?
El futuro lo dejo en manos de Dios, nosotros vamos día a día, partido a partido. Para hablar de título todavía falta, hay que ser bien humilde y estar tranquilo. Eso va llegar por añadidura. Estamos por buen camino, pero falta todavía mucho.
El equipo fue tricampeón en su momento. ¿Es muy alta la vara para llegar hasta ahí?
No es difícil para un equipo como The Strongest o Bolívar conseguir títulos, porque están bien armados y económicamente los tienen bien a sus jugadores. En el mundo casi no hay equipos que lograron tres coronas consecutivas.
¿No ganar la corona sería un fracaso para un equipo grande como el Tigre?
Siempre es fracaso si un grande no consigue el objetivo. Estamos a 10 partidos de que concluya el torneo y estamos muy convencidos de lo que estamos haciendo. Bolívar se metió en la lucha, ¿cree que es su directo rival en busca de la corona?
Nuestro directo rival somos nosotros mismos, de no creernoslas, de no ir partido a partido, sino seguir humildes como estamos, porque este equipo está muy humilde. Después están Wilstermann, Sport Boys y Bolívar, que son equipos que van a pelear el título por la calidad de plantel que tienen.