Pasan los años, las décadas, The Strongest ya lleva más de un siglo de vida y el nombre de Rafael Mendoza Castellón, el legado que dejó y su carisma, siguen imperecederos, mantienen su trascendencia y notoriedad como el mayor dirigente que tuvo el Tigre, su presidente vitalicio.
Don Rafo —como le decían sus allegados— nació el 20 de octubre de 1924 y este jueves cumple 92 años. Mitad de su vida o más la dedicó a su querido oro y negro. Murió el 7 de abril de 2002, un día antes del aniversario del club.
Jaime Oblitas, exdirigente y amigo de Mendoza, lo acompañó en su primera gestión al mando del club desde 1969. Cuenta que era un hombre generoso y sencillo, y que siempre rechazaba toda nominación que lo pusiera por encima de otros directivos atigrados, como el fundador de la entidad, José López Villamil, José de Aranguren o Antonio Asbún, entre los más destacados.
Sin embargo, el sitial que tiene hoy por hoy Mendoza al interior de la familia gualdinegra es el de mayor privilegio por la historia que escribió en el club.
¿Qué hizo notable a Mendoza en la vida institucional y deportiva del Tigre? Aparte de los logros futbolísticos bajo su mando, la institución creció en todo sentido hasta convertirse en una de las más importantes del país.
Para Oblitas, Mendoza fue un gran alumno y superó al maestro Antonio Asbún.
“Rafael dio prestigio e hizo más grande al club. Primero superó la tragedia de Viloco en 1969 y, después, durante años venció las dificultades en Achumani para dotar al club de su propia casa, el Complejo”.
Mendoza —presidente en ejercicio de entonces— encabezó un puñado de dirigentes y stronguistas para generar y levantar la obra de la nada.
“Rafael viajó a Argentina para conseguir ayuda, estuvo en la Conmebol y aquí mismo muchos dirigentes se portaron muy bien y apoyaron, porque él tocó muchas puertas”.
El exdirigente afirma que Mendoza tenía muy presente que tras la tragedia aérea de Viloco, donde pereció todo el primer plantel, el club se quedó sin equipo y ni casa propia tenía; entonces decidió encarar un proyecto ambicioso, la construcción del Complejo Deportivo The Strongest y rearmar de las cenizas el plantel para hacerlo el más fuerte.
“Rafael decía que el equipo podía estar en Primera categoría o donde fuera, pero que no podía dejar de tener casa propia y se puso manos a la obra”.
Las obras comenzaron en 1974, fueron años de trabajo, hasta que el estadio fue inaugurado en 1986 y años después, la Casa del Tigre, en 1991.
Con un equipo símbolo, Mendoza fue campeón paceño y subcampeón nacional en 1970. Años después fue primer vencedor de la Liga (1977).
Bajo su mando, el club resucitó de las cenizas de Viloco
The Strongest siempre tuvo como característica el empuje de su equipo y de su gente, por eso logró levantarse después del accidente de Viloco, encabezado por su caudillo Rafael Mendoza, recuerda el exfutbolista Rolando Vargas.
El mediocampista de los años 60 y 70 cuenta que pese al shock que produjo Viloco en 1969, Mendoza guió y lideró con entereza la resurrección atigrada.
“Creo que ante la mayor tragedia que sufrió el club, Dios puso al hombre indicado que dio la talla. Don Rafo tuvo el tino de sacarnos adelante con la ayuda de mucha gente, él lideró casi todo”, rememora el ex ‘10’.
Vargas añade que Mendoza logró el apoyo del dirigente peruano Teófilo Salinas, presidente de la Confederación Sudamericana de Fútbol, quien aportó con algunos recursos económicos; y de los argentinos Alberto J. Armando, presidente de Boca Junior, y William Ken, de River Plate. Los xeneizes cedieron a jugadores como Juan Otranto, Víctor Romero y Luis Zorro Bastida.
“En Bolivia cooperaron Mario Mercado de Bolívar, quien mostró su bondad. Los dirigentes de Municipal, 31 de Octubre, la AFLP y el gobierno. Fue una cruzada que la generó don Rafael y sus colaboradores”, según Vargas.
Con esos refuerzos, ese año The Strongest logró el título, que repitió en siguientes temporadas.
(20-10-2016)
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