Jair Reinoso hizo una promesa. Solo él sabe de lo que se trataba. Pero una vez terminado el clásico 192 en la historia de la Liga recorrió todo el terreno de juego del estadio Hernando Siles de rodillas. “Es algo que le pedí a Dios en los últimos días y me lo concedió. Así que las promesas hay que cumplirlas”, dijo.
Con un gol suyo, a los 90 minutos —cuando ya no quedaba tiempo para casi nada más, salvo para que la parcialidad atigrada celebrara— The Strongest le ganó el sábado por la noche a Bolívar (1-0) en un duelo de titanes, y el resultado no es cualquiera, porque le dio al Tigre un envión para seguir luchando por el título del torneo Clausura y fue un revés duro, en ese mismo camino, para la Academia, que ha quedado a partir de esa noche algo rezagada.
Para Reinoso fue una jornada especial. Él no lo expresó, pero no era necesario. Adentro, en su interior, tenía una satisfacción aparte por haberle hecho el gol —de taco, con lujo mediante— a su antiguo club, que un día lo sacó del anonimato y lo trajo al fútbol boliviano, pero que tiempo después, sin darle ninguna explicación —ni ofrecerle otra oportunidad que bien la tenía merecida— lo dejó partir.
Como que el triunfo de The Strongest, el mejor de los dos planteles por estrategia, por estado físico y por actitud, fue una especie de revancha para el goleador gualdinegro que ha vivido últimamente momentos lindos dándole a su equipo goles valiosos: el del empate en Perú ante Universitario (3-3), el primero frente a Defensor Sporting (2-0) —ambos por la Copa Libertadores— y éste en clásico, que si bien se trata de una victoria más, involucra la ganancia de tres puntos de oro para el actual campeón nacional.
Fue la noche —la décima cuarta vez en sábado que se juega un clásico paceño por los torneos de la Liga— en que 40.000 personas abarrotaron —en Sábado de Gloria— el escenario de Miraflores, y la gloria se la llevaron los aurinegros después de un enfrentamiento —como lo dijo luego el técnico stronguista, Eduardo Villegas— entre los dos mejores equipos del momento en el fútbol boliviano, argumento que tiene que ver —más allá de su lucha por los primeros lugares en el certamen doméstico— por lo bien que les está yendo a ambos en la Libertadores.
Hubo varias batallas en el medio sector. En ésta,Wálter Flores, con los brazos abiertos, se impone a Alejandro Chumacero.
Viene otra ‘seguidilla’ de cuatro cotejos en 12 días
The Strongest, metido en la lucha por el título del torneo Clausura de la Liga y también por clasificarse a los cuartos de final de la Copa Libertadores de América, seguirá sin tener respiro en la competición, porque en los próximos 12 días deberá jugar cuatro encuentros —todos importantes—, tres por el certamen doméstico y uno por el internacional.
De acuerdo con las modificaciones al fixture hechas por el Comité Técnico de la Liga, el próximo partido de los stronguistas será el miércoles —pasado mañana— contra Nacional Potosí en la Villa Imperial.
Tomando en cuenta el cansancio que arrastra la mayoría de sus jugadores, el técnico Eduardo Villegas pondrá un equipo mixto, con más gente que ha tenido menos participación en la Copa.
Luego, el sábado 26, volverá a jugar por el certamen liguero, ahora de nuevo en casa y ante Oriente Petrolero, partido que también fue adelantado.
Es que para el martes 29, la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol) ha programado el partido de vuelta de octavos de final de la Copa ante el Defensor Sporting de Uruguay. Los atigrados viajarán el domingo 27 (19.00) a Montevideo.
Por último, y antes de afrontar la recta final liguera, el 4 de mayo The Strongest recibirá a Universitario de Sucre en otro partido contra uno de los que están luchando por los primeros puestos del campeonato local.
Todo eso sin tomar en cuenta su posible clasificación a los cuartos de la Libertadores.
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