miércoles, 22 de abril de 2020

Barbosa regresó a su país porque ‘estaba muy solo’ en La Paz

“En La Paz estaba muy solo, pasé así unos 30 días de la cuarentena, no tenía a nadie con quien hablar y era muy difícil; pero ahora es distinto, pues ya estoy con mi familia”, cuenta Willie Barbosa desde su domicilio en Salvador de Bahía, en Brasil.

El jugador brasileño de The Strongest no aguantó más, hizo las gestiones ante la Embajada de Brasil en Bolivia para retornar a su país, recibió el permiso de la dirigencia atigrada y emprendió viaje. Anticipa que estará de regreso cuando pase la emergencia sanitaria por el coronavirus.

No fue fácil el viaje. partió el viernes y llegó a su casa el domingo. De La Paz se fue en bus hasta Puerto Quijarro, en el departamento de Santa Cruz; pasó a Corumbá, que es el municipio fronterizo, y de ahí recién tomó un avión. Ahora ya está con sus padres y un hermano.

“Hablé con la presidenta (Inés Quispe de Salinas) después de más de 15 días de la cuarentena y posteriormente obtuve el permiso para venir a Brasil”.

Entre otros brasileños viajeros como él estuvo Rafael da Silva, jugador de Always Ready.
Así entrena Barbosa en Brasil. Foto: Willie Barbosa

En The Strongest


Barbosa llegó al Tigre en enero, se afianzó y se ha convertido en uno de los refuerzos más importantes del plantel en los primeros tres meses de competencia.

Antes de las restricciones por el virus visitaba un restaurante de comida brasileña que le quedaba cerca de su departamento en Calacoto; pero después cerró por las normas de bioseguridad y ahí empezó otro de sus problemas, porque se vio obligado a cocinar “y la verdad es que yo no sabía hacer nada, además en el único día que podía salir no encontraba los alimentos (en el supermercado) que normalmente como en Brasil”.

La cuarentena y el aislamiento social en San Salvador son diferentes. “Aquí también hay limitaciones, como en todo el mundo, pero en La Paz solo podía salir un día, aquí está permitido dos o tres veces a la semana si alguien lo necesita, pero solamente a los supermercados y a las farmacias, porque el resto también está cerrado”.

El domingo descansó luego de su largo viaje y a partir del lunes reanudó las conexiones para entrenarse por teleconferencia con el primer plantel.

En La Paz “no tengo gimnasio ni nada para entrenar, pero aquí, en mi casa tengo todo eso, también más espacio, incluso un patio para desarrollar de la mejor manera los ejercicios, ese ha sido otro de los motivos por los que quería volver”.

Por las mañanas realiza las tareas grupales del plantel y por las tardes hace un trabajo particular, en el que lo ayuda un entrenador personal que “viene todos los días a las casa de mis papás”.

Ahora está feliz: “En estos días tan difíciles para todo el mundo, uno necesita estar con su familia, es lo mejor”.

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