viernes, 8 de mayo de 2015

El Tigre despachó a Bolívar con un zarpazo


Le bastó un zarpazo al Tigre para echar por tierra los aprestos festivos de Bolívar. Chumacero (14’ ST) pintó el clásico de oro y negro, con sutil y quirúrgico toque al marco de Quiñonez, y el balón que fue devuelto por el vertical izquierdo, volvió a buscar el botín del diminuto mediocampista que ante la acción desesperada del meta celeste, punteó para que el balón muera en la red del arco norte.

El grito desenfrenado, la euforia infinita llenó el escenario miraflorino, era un hecho palpitante que la conquista del Tigre permitía avizorar razones para seguir en la pelea por el máximo galardón Éste tanto, convertiría al clásico 196 de la era liguera en aurinegro, partido que en líneas generales se hizo burocrático y desteñido, porque la intensidad que parecía insinuar el espectáculo naufragaba en las desatenciones y la dominante reflejada en balones divididos; el nerviosismo parecía descompensar el accionar de los dos bandos.

Bolívar, que está en puertas de poner la firma al bicampeonato, es líder con 42 unidades, asomaba al compromiso con la intención de hacerse de los puntos, pero al frente estuvo un tozudo oponente -como fue anoche The Strongestque se cansó de ponerle trampas y evitar que se desencadene el festejo celeste.

PICOS ALTOS

Pocas opciones en la primera mitad. Miranda punteó (27’) y Vaca tapó; Escóbar de tiro libre (38’) mandó el balón alto; Ríos desperdició una buena opción (44’), su disparo salió desviado. En el complemento, Campos exigiò a Vaca (2’) que sacó al corner; salió Chumacero lesionado entró Wayar (15’); Capdevilla con una acción aplaudida exigió a Vaca (37’), sacó de la galera una “rabona” y el balón salió al corner.

Yecerotte (42’) en la opción más clara para Bolívar, exigió a una acción felina del meta Vaca que evitó una caida inminente; el turno de Capdevilla (47’), y otra vez Vaca se opuso a la acción.

Genaro Orellana

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