El Tigre se irá a Ecuador el martes, tras jugar el domingo con titulares el clásico

The Strongest viajará el martes 19 por la mañana (08.00) a Quito, Ecuador, donde permanecerá durante cuatro días, hasta el sábado 23 y de ahí se trasladará a Lima, Perú, para afrontar la última parte de su labor de pretemporada, que incluirá como mínimo seis partidos de preparación en las dos ciudades.

El retorno a La Paz ha sido programado para el viernes 29. En total serán 10 días los que la delegación aurinegra estará fuera del país.

La comitiva la integrarán entre 35 y 38 personas, de las que se prevé que al menos sean 25 jugadores y 10 miembros del cuerpo técnico encabezados por el entrenador César Farías -entre los que está incluido Carlos Pino, el coordinador general del club-. La nómina definitiva será anunciada en los siguientes días.

Está confirmado que The Strongest afrontará con todo su potencial el clásico del domingo (16.00 estadio Hernando Siles), partido de vuelta por la primera fase de la Copa Cine Center, aunque si se clasifica a la siguiente instancia la jugará con su plantel pre profesional, que dirige Óscar Luna.

El técnico, César Farías, empezó a dar indicios este martes, durante una sesión de fútbol en campo reducido, de los jugadores que podría echar mano para afrontar ese encuentro.

Después de una exigente labor en gimnasio, el DT dividió al grupo en cuatro equipos, de nueve jugadores cada uno (incluidos juveniles), que se movieron en dos canchas.

El trabajo en una de ellas fue dirigido por Daniel Farías, uno de los asistentes técnicos, y el DT supervisó la tarea en la otra, en la que uno de los equipos estuvo conformado por: Daniel Vaca, Gabriel Ríos, Marvin Bejarano, Rodrigo Vargas, Matías Alonso, Gabriel Valverde, Diego Wayar, Wálter Veizaga y Percy Loza (juvenil).

En el otro: Gustavo Fernández, Raúl Castro, Pablo Escobar, Diego Bejarano, Manuel Arteaga, Luis Maldonado, Nelvin Soliz, Pablo Pedraza y Jair Torrico.

Es seguro que de esos 18 futbolistas saldrán los 11 titulares.

Durante la tarea, Farías exigió mucha dinámica a sus jugadores, velocidad, presión. Corrigió a menudo los movimientos que no le gustaron, pero también se encargó de elogiar las cosas que se hicieron bien.