lunes, 21 de noviembre de 2016

El Tigre vence a Wilster con un gol de Diego Bejarano en los descuentos



The Strongest sufrió al extremo para ganarle a Wilstermann con un gol en la agonía 1-0), el domingo en el estadio Hernando Siles por la jornada 15 del torneo Apertura.

Diego Bejarano fue el héroe atigrado con un remate en el cuarto minuto de adición (94), con la complicidad del golero aviador Rubén Olivares, a quien se le escapó la pelota en el único error que cometió en el partido.

Si de justicia se tratara el resultado debió favorecer a Wilster, que en lo poco que atacó tuvo mejores opciones de gol; sin embargo, falló en la puntada final y le costó caro.

The Strongest jugó mal, estuvo falto de ideas y sus argumentos ofensivos fueron intrascendentes sin hallar la forma de abrir una cerrada y ordenada defensa de su oponente.

Sin Pablo Escobar de comienzo, el Tigre no tuvo a nadie que asumiera el rol de líder, intentó jugar en bloque pero tampoco las acciones de conjunto le funcionaron, al contrario, hubo descoordinación en las líneas e imprecisiones en los pases.

Cerca del final de la primera parte (44') el Tigre dispuso de la acción más clara para convertir con un tiro a ras del piso de Agustín Jara, pero el arquero Olivares mandó la pelota al tiro de esquina.

La segunda etapa fue más atractiva porque aumentó el volumen de las emociones. El Tigre adelantó sus líneas en procura de llegar al gol, pero fue Wilstermann el que estuvo cerca.

Entre las opciones del cuadro valluno, Thomaz Santos mandó la pelota al palo y poco después, Gilvert Álvarez falló solo ante el achique de Vaca y su disparo se fue desviado.

En el lado atigrado, Raúl Castro pudo anotar cuando vio adelantado a Olivares y mandó un tiro elevado; empero, el golero retrocedió y alcanzó a dar un manotazo, del reboto, Diego Wayar no pudo resolver.

Cuando Escobar y Wálter Veizaga ingresaron en esa segunda parte contribuyeron a subir el volumen de ataque stronguista, aunque hubo ratos en los que a ellos también les ganaba la ansiedad porque las cosas no les salían bien.

Al final, en una jugada luego de un rebote en la zaga, Bejarano pisó el área grande y sacó un remate, a Olivares se le escurrió el balón y el alma regresó al cuerpo de los atigrados.


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