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lunes, 2 de mayo de 2016
Ricardo Fontana: ‘Nosotros los jugábamos a muerte’
Ricardo Fontana fue uno de los jugadores de The Strongest que estuvo en el primer clásico, y en muchos más. Atigrado desde entonces, hoy sigue yendo —como ayer— a los partidos frente a Bolívar.
— ¿Qué recuerda del primer clásico paceño de la Liga?
— Ahora que hago memoria, me parece que fue ayer y ya pasaron 39 años. Lo que más recuerdo es que los jugábamos ante 45.000 a 50.000 personas, que era lo que entraba al nuevo estadio (Hernando) Siles. Y si no me equivoco, luego de los Bolivarianos, la primera vez que lo llenamos así de bote a bote fue con ese primer clásico. Fue impresionante, y eso que en esa época los habitantes de La Paz no eran seguramente el número de ahora. Hoy, si meten 30.000 se van muy felices y lo ven como una súper recaudación.Nunca me olvido de tres clásicos seguidos que jugamos no sé si el 79, 80 o antes, pero sí me acuerdo que jugamos jueves, domingo y un desempate en martes, y en menos de una semana en esos tres partidos metimos a 150.000 personas al Siles. Fueron tres clásicos a muerte porque eran clasificatorios a la Libertadores; no sé si ahora podría repetirse algo así en la Liga.
— ¿Cómo fue ese primer partido?
— Recuerdo que comenzamos perdiendo, (Ricardo) Troncone nos hizo el primero de penal, pero luego el Zorro (Luis Fernando) Bastida empató y después (Jorge Carlos) Lattini me parece que anotó sobre el final. Creo que en ese primer campeonato de la Liga no-sotros veníamos de una primera etapa en la que no estábamos bien. Otro detalle bonito es que así como fuimos los primeros campeones en la historia de la Liga, también ganamos el primer clásico de la Liga.
— ¿Qué compañeros tenía esa vez?
— Eran grandes jugadores porque además ya estábamos muchos años jugando juntos. Gran parte de ese grupo tenía una personalidad y un temperamento bárbaro, decían que era acorde con lo que era The Strongest, un equipo de muchos años con garra. Estaban (Luis) Galarza, (Juan) Peña, (Mario) Concha Algarañaz, Telmo Paredes, (Luis) Iriondo, Ovidio Messa, (Jorge Carlos) Lattini y (Wilfrido) Cañelas, (Uber) Acosta, el Gusano (Raúl) Ruiz y otros. Ya con pocos nos vemos, alguno ya partió con el Creador y otros no sé dónde están. Con seguridad son gente que marcó época en la historia del club; no todos se acuerdan de esto e incluso ahora veo cierta ingratitud de algunos que están en la dirigencia.
— ¿Y los de Bolívar?
— Igual, Bolívar tenía un equipazo con jugadores también al estilo de ellos. (Carlos) Aragonés, (Raúl) Calichín Morales, José Solórzano, (Jesús) Reynaldo, Tamayá Jiménez, Miguel Aguilar; atrás estaban (Ricardo) Troncone, (Waldino) Palacios y otros. Marcarle por ejemplo a Reynaldo, que era grandote, no era nada fácil; o al chocar con Tamayá, que era muy fuerte, salías muy golpeado.
Además, antes los futbolistas estábamos muy identificados con nuestros clubes, ya que jugamos muchos años con una misma casaca. En el fútbol, desde hace 40 años saben que yo soy stronguista y que Troncone es bolivarista; en cambio, en los últimos tiempos cada año cambian de equipo sin dificultad y no se hacen lío de ir al equipo rival.
— ¿Tiene alguna anécdota?
— No sé si anécdota, pero me acuerdo que por lo menos una semana antes y otra después de jugar el clásico no nos saludábamos en la calle; si íbamos en la misma vereda, uno se cruzaba al frente para no saludarlo al otro; era la rivalidad la que nos marcaba así. Y cuando perdíamos, desaparecíamos días de la calle, porque era muy duro. Ahora me llama la atención el hecho de que algunos jugadores pierden y salen al ámbito público como si nada; en la misma cancha, alguno incluso va a buscar al rival para cambiar de camiseta. Esos años en que jugábamos a muerte los clásicos, ni imaginar que yo busque a Gregorio Gallo o Troncone para intercambiar casaca, impensable, ni nos saludábamos. Nuestro código era respetar nuestra camiseta, que era algo sagrado.
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