Henry Salinas: ‘Estoy 100% seguro de que lo puedo hacer bien’

Henry Salinas asumió como presidente del club The Strongest el 12 de abril reciente, tras la renuncia de su tío César Salinas, quien dos días antes había tomado el mando de la Federación Boliviana de Fútbol (FBF). El joven dirigente reconoce que fue algo sorpresivo porque, de acuerdo con los estatutos del club, quien debía tomar el mando era el primer vicepresidente, Iván Villafuerte, aunque éste declinó hacerlo.

Dos veces había rechazado la invitación de César Salinas para que fuera parte del directorio, hasta que el año pasado lo convenció e integró su plancha para las elecciones de mayo.

Aunque es un dirigente joven (40 años) asegura estar preparado para el reto, por eso ya se organizó para dedicarle el tiempo que requiere el club y no descuidar sus actividades particulares con su empresa de transporte.

— ¿Cómo fue su incursión en la dirigencia?

— Por una invitación de don César Salinas, mi tío, quien en dos oportunidades anteriores ya me pidió sumarme al directorio, pero decliné las dos veces por la responsabilidad que implica ser dirigente, el tiempo que se requiere; es que, la verdad, con mis negocios se me hacía muy difícil.

El año pasado, en su segunda elección, me invitó por tercera vez a formar parte de la plancha como vicepresidente y entonces acepté porque se trata del equipo de mis amores, The Strongest es la institución a la que yo quiero.

— Recién decía que rechazó en dos oportunidades la posibilidad de ser dirigente por un tema de tiempo, ¿cómo se está organizando ahora?

— He designado personal en mi empresa que me va a colaborar en eso, lo que me va a permitir tener un poco más de tiempo para el club, porque la verdad ser presidente de The Strongest significa darle mucho tiempo, mucha dedicación y hoy por hoy ya lo estamos haciendo.

— Para conocerlo más, ¿qué tipo de empresa tiene?

— Mi principal rubro es el transporte, tengo una empresa de transporte internacional, lo hago con mucho cariño y la mantengo siempre adelante. Llevamos soya, minerales, fierro a Arica, Chile; también viajamos al Puerto de Matarani, a Arequipa, Perú.

— Sorprendió a los atigrados que asuma como presidente porque el doctor Iván Villafuerte (primer vicepresidente) debía hacerlo.

— También a mí me sorprendió porque no estaba en mis planes ser presidente, aunque era una posibilidad muy lejana, pero por motivos personales el doctor Villafuerte declinó y pidió una licencia. Entonces recibí el apoyo de parte del directorio, luego tuve que hablar con la familia, lo pensé mucho porque es una gran responsabilidad y finalmente acepté.

— ¿Está listo para este reto?, porque significa mucha responsabilidad ser presidente de uno de los clubes más grandes de Bolivia.

— Correcto, es un gran reto, pero ahora lo veo como un desafío en lo profesional, en mi carrera y pienso que con el apoyo de la directiva vamos a salir adelante. Al principio dudé, pero ahora estoy 100% seguro de que lo puedo hacer y lo puedo hacer bien, solamente pido un poco de tiempo para realizar el trabajo en la institución, sé que lo vamos a hacer junto al directorio, estamos con todas las ganas por el gran cariño que le tenemos al club.

— ¿Y su familia cómo ha tomado este paso?

— Mi esposa y mis hijas me dieron el apoyo moral apenas les comenté; me dijeron que yo podía hacerlo y que ellas siempre iban a estar en las buenas y en las malas conmigo. Me dieron el impulso que necesitaba, porque reitero que estar al frente de esta gran institución implica muchas cosas, reuniones aquí, allá, pero también soy consciente de que voy a ser criticado y también aplaudido.

Henry Salinas, con su hija Odalis en brazos en un momento familiar. Foto: Familia Salinas

— Don César ha puesto plata de su bolsillo, como se dice vulgarmente; seguramente ahora le tocará hacerlo a usted...

— Estoy consciente de eso, de hecho ya lo hicimos, di un aporte cuando don César me invitó a ser vicepresidente, ahora lo vamos a tener que hacer nuevamente de acuerdo con lo que requiera el club. Estamos muy conscientes de esa parte, ese fue otro de los temas que hablé con la familia, porque hay que hacer gastos personales, pues en este momento la institución todavía no es autosostenible.

— ¿La línea de trabajo va a ser similar a la que tenía César Salinas?

— Don César hizo un excelente trabajo dentro de la institución, se han hecho muchas obras y varias más están en ejecución en este momento, vamos a continuar con esos proyectos y seguramente van a aparecer otros por iniciativa de los miembros del directorio, míos, que en su momento los vamos a comunicar y vamos a tratar de plasmarlos.

— ¿Cómo ha encontrado al club en su primera semana como presidente?

— Nos hemos encontrado con un club estable, en lo administrativo está todo en orden y eso hay que rescatar y agradecer la administración de la señora María Inés (la esposa de César Salinas), quien basada en la experiencia de sus empresas la plasmó también en el Tigre y hoy por hoy tenemos un buen manejo, con mucho control y ahí ya no se nos escapa nada.

Tenemos un plantel integrado por un gran grupo humano, es una familia prácticamente, excelentes deportistas, un excelente director técnico (César Farías), uno de los mejores profesionales que el club ha tenido en su historia.

— ¿La Copa se ha puesto cuesta arriba?

— Sí, perder siempre duele y peor si es de local, pero todavía tenemos muchas esperanzas, chances de clasificarnos y justamente vamos a ir a apoyar al plantel a Argentina frente a Atlético Tucumán, vamos a dar todo el respaldo y sé que podemos lograr un buen resultado.

— César Salinas nos dijo hace unos días que al margen de sus actividades en el club y sus empresas le gustaba mucho el folklore, es devoto de la Virgen del Carmen y ha bailado en algunas entradas. ¿Comparte esa actividad?

— Cada que puedo participo de alguna festividad, el tiempo me limita mucho, pero cuando se puede y hay oportunidad de bailar lo hago. También hay que divertirse un poco, me gusta el folklore, la morenada. En mi juventud fui parte de la fraternidad Eloy Salmón en el Gran Poder y lo he hecho por devoción; también participé de otras fiestas, pero ahora no tengo fraternidad.