“Quién generó todo el problema ha sido el técnico de Sport Boys, Carlos Leeb, porque desde que empezó el partido empezó a proferir insultos, y el cuarto árbitro no se daba por enterado”, dijo Juan Pablo Revilla, dirigente que encabezó la delegación aurinegra que acudió al compromiso en Warnes.
Por los antecedentes que se tiene, basta recordar lo sucedido en Sucre donde también fue el generador de un lío de proporciones, y que por esas cosas raras no es sancionado, anotó Revilla.
“A partir de la expulsión de Castro, la actitud del árbitro cambió y su labor fue parcializada para el local.
Otro episodio no menos llamativo y que el dirigente del club The Strongest consideró necesario hacer notar, es el hecho de que un dirigente de Sport Boys se acercó al vestuario de los árbitros, donde no se pudo saber lo que hizo.
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