El triunfo de The Strongest sobre Trujillanos, ayer en Miraflores, se sustentó en el volante Raúl Castro, un cimiento sólido en el medio campo, donde comenzó la generación de ataques e hizo estragos en el rival. En el juego colectivo del Tigre fue pieza importante.
Castro hizo su trabajo en silencio, se soltó y se lanzó al frente. De lejos fue su mejor partido en el año. La precisión para meter pases precisos a sus compañeros en el área y sus intentos con remates de media distancia fueron sus principales virtudes. Solo le faltó el gol para redondear una buena tarde. La tribuna reconoció el aporte del Comandante —como le dicen sus compañeros—.
De sus pies nacieron las acciones que terminaron en los dos goles del Tigre. En el primero, desde casi el círculo central mandó el balón a ras del piso para Matías Alonso, quien tocó de primera para Pablo Escobar y el capitán definió para la apertura de forma notable. En la segunda copió el talento del brasileño Ronaldinho Gaúcho, miró a la derecha pero metió la pelota hacia su izquierda para que Ernesto Cristaldo ingresara al área y pusiera el 2-0 en la pizarra.
Antes de esas jugadas ya mostró su repertorio en un par de acciones en las que la pelota se fue de la cancha. Una que tenía destino de arco fue desviada por un zaguero hacia el tiro de esquina.
En gran parte del juego, Castro se asoció con sus compañeros de ataque. Además, como los venezolanos no atacaron mucho, dejó que Wálter Veizaga, su socio en la marca, cumpliera solo esa misión. Sin embargo, a la hora que ameritaba no dejó de marcar y un plus para destacar en su juego es la capacidad que tiene para entregar balones limpios.
En la segunda parte no bajó el ritmo, incluso se animó más con los tiros de media distancia, pero le faltó puntería para celebrar. También tuvieron destacada actuación Pablo Escobar y Ernesto Cristaldo, factores de peligro que varias veces dejaron sin capacidad de reacción a la última línea rival.
El equipo también pasó sustos
Casi autogol
Aunque en el balance final The Strongest fue más en la cancha, no se puede dejar de anotar que la defensa entregó licencias que podrían haber traído consecuencias. La que asustó más fue un rechazo de Federico Pereyra hacia el tiro de esquina, que pareció que la pelota se metía en el arco de Daniel Vaca.
Desconcentración
El descuento de Trujillanos llegó en una acción rápida luego de una falta: la defensa no se había armado cuando Cabezas ya estaba con pelota dominada en el área y definió hacia el costado derecho del arquero Vaca.
Impacientes
Hubo hinchas que se enojaron cuando el equipo jugaba hacia atrás porque era difícil pasar las dos murallas defensivas que dispuso el elenco venezolano. A los 24 minutos del segundo tiempo los aficionados silbaron al Tigre que no hacía más goles.
Otro equipo
Trujillanos ofreció un juego distinto al que mostró hace una semana frente a River Plate, en el que pareció que le tuvo miedo al cuadro argentino. Ayer atacó poco, pero causó sustos. En un par de acciones Daniel Vaca tuvo que extremar recursos para evitar la caída de su arco.
El primer lugar no es una garantía
‘Lo más importante era ganar’: Luis Maldonado, zaguero del Tigre
“Un gol de diferencia no es mucho, pero ya está. Se hizo lo más importante, que era ganar. Estamos en la punta de la serie, aunque nada está dicho porque aún falta mucho”.
‘El gol es un regalo de dios’: Ernesto Cristaldo, jugador de The Strongest
“El gol que anoté creo que es un regalo de Dios. Es lindo cuando uno gana y el equipo suma tres puntos de local. Hicimos lo suficiente para que la victoria se quede en casa”.
‘No hay que confiarse’: Rodrigo Ramallo, delantero del Tigre
“Lo importante es que hicimos lo suficiente para ganar. Estamos en primer lugar en las posiciones, sirve para el factor anímico del grupo, pero no hay que confiarse”.
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