jueves, 25 de enero de 2018

Carlos Ischia: ‘Ser técnico siempre fue mi vocación’



La coyuntura futbolística de The Strongest quedó relegada en la charla con su nuevo entrenador, el argentino Carlos Ischia. Está contento en La Paz, le gusta la ciudad y más con la llegada de su esposa Adriana Curiel.

Antes de ser jugador ya soñaba con ser técnico, por vocación y también por don de mando. Tiene buen trato con los jugadores, y le gusta que las prácticas se realicen con mucha alegría.

— ¿Cuán importante es la familia en su carrera, en la que permanentemente está viajando?

— Adriana (su esposa) me acompaña muchísimo, somos muy unidos, no podría estar solo acá si ella no viniera, ahora se va a quedar más de un mes y eso me deja mucho más tranquilo. La primera semana vine solo y me puse mal, nos necesitamos mucho, así que para mí es un gran apoyo que ella esté acá. En Ecuador, en Aucas (2015-2016), no podía estar tanto tiempo a mi lado por su trabajo (es profesora de historia).

— ¿En más de dos semanas desde que llegó ya conoce a sus jugadores?

— Conocemos muy bien a todos, tenemos la mayor perspectiva de cada uno, lo que puede rendir y puede dar. En el campeonato nacional sabemos que tenemos grandes posibilidades y responsabilidades. La Copa Libertadores es más complicada, porque hay clubes de mucho prestigio (Peñarol, Libertad y Atlético Tucumán), pero como ellos tienen la ilusión de clasificarse y pasar a octavos de final, nosotros también.

— Cuando jugaba ¿ya pensaba en ser técnico?

— Siempre fue mi vocación, no solo cuando jugaba, sino antes de jugar al fútbol uno ya tenía en la cabeza eso. Antes de jugar cualquier partido me gustaba conocer al rival, además hablaba mucho dentro de la cancha, ya me sentía como un entrenador con mis compañeros, por eso lo primero que hice cuando dejé de jugar al fútbol (1991) fue hacer el curso de técnico.

— ¿Se recibió y empezó a trabajar?

— Fui ayudante de Carlos Bianchi nueve años (1993-2001) en los que conseguimos infinidad de títulos, después empecé a trabajar solo y ya van a ser 16 años.

— ¿Cuándo decidió alejarse de Bianchi?

— Tuve la oportunidad de trabajar ya en el segundo año que estaba con él, pero con Carlos tenía independencia en la labor. En el año 94, en Vélez, preparamos dos equipos, uno para la Copa Libertadores y otro que lo manejaba yo en el campeonato local. Una de las pretemporadas de Vélez la hice yo, la primera pretemporada de Boca la hice yo, porque Carlos estaba en el Mundial de Francia 1998. Tuve muchas oportunidades, pero me fui quedando. Hicimos esos tres años y medio en Vélez, uno en Europa, en la Roma de Italia, después volvimos y estuvimos tres años y medio en Boca; pero seis meses antes de terminar ese contrato ya le había avisado a Carlos que iban a ser los últimos que iba a trabajar como ayudante de él, lo entendió sin ningún problema, igual siguió insistiendo, pero yo ya había tomado la decisión. Fue a finales de 2001 cuando terminamos con Boca. Carlos no dirigió todo 2002 y a mí en abril de ese año me fue a buscar Vélez y ahí empezó mi carrera como entrenador armando mi cuerpo técnico, que lógicamente con el transcurso de los años fue cambiando, pero Facundo Martínez, que es el actual profe mío (preparador físico) ya empezó esa época como tercer profe, el papá de él era el profe número uno; aunque hubo una época que no estuvo con nosotros. Óscar (García) hace siete años que está conmigo, tengo mucha confianza con ellos dos y son muy buenos profesionales, estamos realmente muy bien.

Ischia en su estreno como entrenador atigrado en el estadio Rafael Mendoza Castellón Foto: luis Gandarillas

— ¿Se han complementado bien con Hamlet Barrientos, el preparador de arqueros?

— Muy bien, Hamlet es un chico muy trabajador, buena persona, trabaja muy bien, ya me lo habían recomendado, además yo no soy de cambiar mucho lo que ya está armado en el club, porque uno no sabe cuánto tiempo se va a quedar.

— Como DT argentino ¿alguna corriente lo identifica?, ¿es menotista (buen juego) o bilardista (resultadista)?

— A mí no me gustó mucha esa diferencia porque uno tiene que estar agradecido con los dos, los dos nos han sacado campeones del mundo. Yo tuve más afinidad con Menotti, él me llevó a la selección, pero por dos lesiones complicadas mías en el mejor momento de mi carrera me tocó quedarme fuera del mundial de España (1982); pero eso no quita y no quiere decir que no sea un entendedor de todo lo bueno que hizo Bilardo para el fútbol argentino.

— Por lo que hemos visto en los entrenamientos es muy amigo de los jugadores, ¿siempre ha sido así?

— No es que soy amigo, yo no puedo ser amigo porque hay una diferencia de edad por ahí muy grande con la mayoría; pero sí me gusta tener un buen trato, ser respetuoso con ellos, no me dirijo de mala manera, me gusta que haya un entrenamiento y un plantel divertido, alegre, que vengan con ganas al trabajo, que se sientan cómodos.

— ¿Y les alza la voz?

— Seguro, acá el que da las órdenes soy yo, pueden ser mis colaboradores también, pero la palabra final siempre la tengo yo; igual hablo mucho, me gusta dialogar con los jugadores y me gusta escucharlos.

— ¿Está cómodo en su nuevo club?

— Nos han tratado muy bien, estamos muy cómodos, además estamos muy felices de estar acá, nos gusta la ciudad, estamos en un club grande. Y queremos que no solo sea reconocido en Bolivia, sino en el exterior también, una linda prueba va a ser la Copa, vamos a demostrar que somos un equipo que puede pelear con cualquiera.

— ¿Sale a la calle?

— Lo poco que he podido recorrer, en el tiempo que puedo salir a caminar o voy con mi esposa, la gente que nos reconoce, no son todos porque no toda la gente está metida en lo que es el fútbol, es muy agradable, muy respetuosa, ayuda mucho y eso para uno es lo importante.

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