La última curación que le hicieron al capitán atigrado Pablo Escóbar fue satisfactoria para el jugador, porque ya está en buenas condiciones. Ayer se le hizo una limpieza del coágulo de sangre que tenía en el oído derecho, que le impedía escuchar con normalidad. “Gracias a Dios y por suerte salió todo bien, me sacaron el coágulo que tenía en el oído y estaba seco, porque no podía escuchar y lo bueno es que voy hacer lo que me gusta y estaré a disposición del técnico”, indicó Escóbar.
El capitán que recibió un balonazo en la mandíbula que afectó al oído derecho, el pasado jueves, volverá a entrenarse junto a sus compañeros y dependerá del estratega Pablo Caballero de incluirlo en el equipo que recibirá a Wilsterman, este domingo.
“Estuve un par de días internado, fue la primera vez que me quedé en el hospital, estuvo mi esposa apoyándome y gracias a Dios el médico (Luis Castro) me dijo que dependiendo como me sienta voy a ir encarando los entrenamientos”, contó el atigrado. Escóbar realizó ayer un trote alrededor de la cancha y ayer antes de realizarse su último exámen en el oído derecho con el médico, hizo la misma rutina.
“Ahora puedo estar tranquilo porque puedo entrenar, si bien no estaré junto con mis compañeros en Cochabamba, pero estoy feliz por mi familia , estaba con reposo porque lo primero es la salud, lo bueno que no fue nada grave”, acotó.
El médico atigrado Luis Castro manejará el grado de intensidad en el trabajo de Escóbar para que no haya ningún problema con respecto a las secuelas que pueda traer un balonazo en esa región, aunque según los últimos exámenes no existirá problema a futuro.
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