Escobar se retiró como futbolista profesional el pasado 19 de diciembre e inmediatamente asumió el cargo de entrenador del decano, respaldado por el cariño que le expresó la afición aurinegra el día de su despedida pero consciente de que está hipotecando todos esos sentimientos al tomar ese nuevo rol en su carrera.
El primer reto que debe asumir el excapitán de los atigrados es hacerse cargo desde el jueves de la preparación de un plantel que entrará en escena el 20 de enero, cuando arranque el certamen Apertura de la División Profesional.
Como todos los torneos a nivel local en los que juega el Tigre, el objetivo es alcanzar el título de ese campeonato, meta que ya están exigiendo los hinchas que no ven a su club alzar una copa desde aquel recordado 24 de diciembre de 2016, cuando vencieron a Bolívar 2-1 en la final y pudieron dar la vuelta olímpica, con Escobar como líder de ese plantel.
En el ámbito internacional el club de Achumani entrará al ruedo el martes 5 de febrero, cuando reciba a Libertad de Paraguay, por la segunda fase de la Copa Libertadores. La revancha será el miércoles 13, en Asunción.
Si logra pasar esta fase, tendrá que jugar con el ganador de la llave que enfrentará a Atlético Nacional y el vencedor de Real Garcilaso y Deportivo La Guaira. Si consigue sortear con éxito todos estos obstáculos habrá conseguido ingresar a la fase de grupos, donde quedará emparejado en la serie de Gremio de Porto Alegre, Universidad Católica (Chile) y Rosario Centra (Argentina). Con estos caminos por afrontar, Escobar deberá encarar el 2019 con la base del plantel que terminó siendo segundo en los dos campeonatos del 2018. La dirigencia logró mantener el 80% del equipo, sumando hasta el momento al marcador central de origen panameño, Adolfo Machado; al delantero Jair Reinoso, y al marcador lateral José Sagredo.
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